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Dos fuentes a la que accedió el diario del vecino país, afirman que el hijo de la presidenta figuraría en esa cuenta abierta en el 2005 y que llegó a tener 41 millones de dólares.
Una de las cuentas fue abierta en el banco Felton de Delaware, EE.UU., que había manejado Nilda Garré, según dos fuentes y un documento consultado por Clarín.
La segunda cuenta fue abierta en el Morval Bank & Trust Ltd de las islas Caiman que llegó a guardar 19.845.300 dólares y según esas fuentes en esta cuenta también figurarían Garré y Máximo como titulares.
Máximo Kirchner figuraría con el pasaporte argentino 25869310 y la dirección de la calle Juncal 1409, primer piso. Es la cuenta abierta en el 2005 que llegó a tener 41 millones de dólares.
Ayer, el diario Clarín adelantó que Garré manejaría esa cuenta en el Felton y dos en el banco Tejarat de Irán e informó que en la cuenta del banco de EE.UU. figurarían también “un ex diputado provincial de Santa Cruz y un importante kirchnerista”. La ex ministra de Defensa y de Seguridad negó tener cuentas secretas en EE.UU. e Irán. Dijo que solo tiene las cuentas oficiales correspondientes a su cargo en el HSBC de Washington.
Según las fuentes, se trataría del exdiputado del Frente para la Victoria de Santa Cruz Henry Olaf “Pilo” Aaset y de Máximo. Aaset fue abogado personal de Néstor Kirchner y es amigo de Máximo.
Según revela el medio argentino, la cuenta en el Felton (actualmente CNB) fue abierta en octubre del 2005 desde Caracas, cuatro meses después de que Garré fue nombrada embajadora en Venezuela, a nombre de una empresa fantasma denominada Business and Service IBC, constituida en el paraíso fiscal de Bélice. El saldo registrado a abril del 2010 era de 41.704.400.
La otra cuenta, en el banco Tejarat, que manejaría Garré, llegó a tener 47 millones de dólares en el 2011. La misma fue abierta en febrero del 2011 justo cuando el canciller Héctor Timerman tuvo una reunión secreta con su par iraní en la ciudad siria de Alepo. Dos años después se firmó el pacto con Irán por la causa AMIA, que el fallecido fiscal Alberto Nisman, denunció como el primer paso de una operación de encubrimiento.