Alepo se encuentra dividida desde julio de 2012 entre sectores en manos de los rebeldes al este y barrios controlados por el régimen al oeste.
Ansar al Sharía (Partidarios de la Sharía), una nueva coalición presentada el jueves, lanzó una de las ofensivas ese mismo día con el objetivo de “liberar Alepo y sus alrededores”.
Esta coalición agrupa a 13 organizaciones, entre ellas el Frente al Nosra, rama siria de Al Qaida, y Ahrar al Sham. Estos combatientes intentan apoderarse del cuartel general de los servicios de inteligencia del ejército del aire, en el barrio de Zahra, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Según el militante Karim Obeid, del centro de medios de Alepo, la coalición quiere “controlar Zahra, ya que el ejército bombardea desde esta posición regularmente los barrios en manos de opositores y las localidades del norte y este de la provincia”.
Asimismo, su conquista permitiría “asegurar la carretera internacional entre Alepo y la localidad turca de Gaziantep”, que el régimen sirio de Bashar al Asad bombardea a menudo para evitar que los insurgentes se aprovisionen en la vecina Turquía, explicó.
Los combates, de extrema violencia, duraron toda la noche, hasta la madrugada, pero se reanudaron de nuevo por la tarde.
La coalición islamista consiguió hacerse el jueves con el control de varios edificios, según el OSDH, que indica que hubo 35 muertos entre los insurgentes y decenas de muertos y heridos entre las fuerzas del régimen, además de nueve civiles fallecidos.
Otra coalición, Fatah Halab (Conquista de Alepo), compuesta en su mayoría de rebeldes pero sin el Frente al Nosra, consiguió por su parte controlar una parte de un centro de investigación militar en el centro del barrio de Rashidin, indicó esta oenegé con sede en Reino Unido. Los insurgentes perdieron 11 combatientes, precisó.
Según una fuente de seguridad de Damasco, en estos dos barrios, “los terroristas sufren grandes pérdidas” frente al ejército, a las Fuerzas de Defensa Nacional (FND, milicia prorrégimen) y a combatientes chiitas libaneses de Hezbolá.
La televisión oficial siria indicó que “el ejército contrarrestó los intentos de infiltración en varias calles de Alepo, matando a más de 100 terroristas”.
En la provincia de Idleb (norte) , el Frente al Nosra perdió el viernes a 25 de sus miembros, entre ellos uno de sus líderes, en la explosión dentro de una mezquita de la ciudad de Ariha, cuando asistían a un oración con motivo del Ramadán, explicó el OSDH.
Durante la noche, los bombardeos, especialmente aéreos, fueron intensos en ambos sectores. “Alepo vivió la peor noche desde la entrada de los rebeldes en la ciudad en julio de 2012”, indicó el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman.
“Estamos acostumbrados a escuchar explosiones pero ayer hubo realmente muchas. Fue muy intenso. Escuchábamos el ruido de las explosiones, pero como venía de todas partes, no sabíamos dónde caían” los obuses, afirma Sahar, una estudiante de 23 años, que habita el barrio de los Siríacos, en el centro de la ciudad.
Por otra parte, los rebeldes atacaron la noche del jueves un retén del ejército en Shalla, en la entrada este de Zabadani, a 20 km al norte de la capital Damasco, que sigue resistiendo a las fuerzas del régimen.
El régimen replicó llevando a cabo 20 bombardeos y lanzando 44 barriles de explosivos sobre la ciudad, según el OSDH. Hubo tres muertos entre los rebeldes y cinco en el ejército.
Según la televisión oficial, el ejército del aire “destruyó dos depósitos de municiones, un taller de fabricación de cohetes, un cañón de 23 mm y cuatro vehículos dotados de ametralladoras”.
Zabadani, primera localidad que cayó en manos de los rebeldes en febrero de 2012, está en la frontera entre Siria y Líbano. La ciudad, que cuenta con 65.000 habitantes y numerosos desplazados, está parcialmente rodeada desde hace cuatro años, lo que dificulta la entrada de alimentos, medicinas y carburante.