“La comisión de desminado va muy bien, si no terminan hoy (de diseñar el plan), terminarán en el siguiente ciclo” de diálogos, dijo a la prensa una fuente de la delegación del gobierno colombiano en La Habana. “Todavía no se revelan los nombres (de los lugares que serán limpiados inicialmente), porque hay que hablar con los alcaldes” primero, añadió la fuente, quien pidió no ser identificada.
Un responsable de la delegación de las FARC confirmó que el plan de desminado “está avanzando”, pero no dio detalles. La fuente del gobierno dijo que las partes esperan “comenzar cuanto antes” la limpieza de minas, con apoyo de una “agencia noruega que trabajó en Afganistán” en igual tarea.
Inicialmente sólo se limpiarán algunos “puntos” , como parte de un “plan piloto” que se desarrollaría “de aquí a diciembre”, agregó. “Son puntos donde transita población civil, pero son puntos remotos”, explicó la fuente.
El compromiso para limpiar las minas antipersonales sembradas en al menos 668 de los 1.100 municipios de Colombia durante el conflicto, es el primero que instrumentan las partes, que están negociando la paz en La Habana desde noviembre de 2012. Desde 1990, las minas antipersonales han dejado en Colombia 11.006 víctimas, entre muertos y heridos, según el gobierno.
Ambas partes han logrado además consenso sobre reforma rural, participación política y drogas ilícitas, pero estos pactos parciales no han sido instrumentados hasta ahora porque las negociaciones de La Habana se basan en el principio de que “nada está acordado hasta que todo esté acordado” .
Por su lado, las FARC negaron ser los “supremos responsables” de la violencia armada, que ha dejado 220.000 muertos y 5,5 millones de desplazados, según cifras oficiales. “No podemos aceptar que por fuera de contexto o por concierto mediático, se nos tome como supremos responsables, bajo la incitación de los (...) verdaderos determinadores de la vorágine violenta que ha azotado al país”, dijo la guerrilla en un comunicado leído a la prensa por Marcos León Calarcá, uno de sus delegados.
Calarcá afirmó que “urge la evaluación inmediata en la Mesa (de negociaciones) de los resultados del informe de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, y su publicación masiva, para que el sol de la verdad alumbre y ayude a sanar las heridas de Colombia”.
Este documento lo conforman informes individuales preparados por 12 académicos, presentados a las delegaciones de paz el 10 de febrero, con el fin de que sirvan de “insumo” a las negociaciones. Las negociaciones enfrentan un complejo escenario desde que a mediados de abril pasado guerrilleros mataron a 11 militares en una emboscada en medio de una tregua unilateral por tiempo indefinido de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) .
El apoyo de los colombianos al proceso de paz y la popularidad del presidente Juan Manuel Santos han caído desde entonces, según encuestas. El jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle, viajó a Bogotá por motivos personales, pero volverá a Cuba antes del cierre de este ciclo de diálogos, el viernes.