Esto es según un documento filtrado este miércoles por la prensa italiana.
Una foto con el encabezado de la carta fue publicada por el diario italiano Il Corriere della Sera y en ella se alcanza a leer, escrito en español, que está dirigida a su Excelentísimo señor Nicolás Maduro y no al presidente.
La misiva, con fecha 7 de febrero y enviada por el papa argentino, no fue confirmada ni desmentida por el portavoz interino del Vaticano, Alessandro Gisotti, quien aseguró que se trata de una “carta privada”.
“Desafortunadamente todos los intentos (de mediación, ndr) han sido interrumpidos porque lo que se decidió en las reuniones no fue seguido por gestos concretos para lograr los acuerdos”, lamenta el papa argentino en la carta, según el resumen del diario.
Se trataría de una respuesta dura y decidida del pontífice latinoamericano al pedido de mediación hecho a inicios de febrero por Maduro para que interceda en la crisis de Venezuela.
En la misiva, el papa le recuerda que el Vaticano ha sido involucrado en el pasado sin éxito en otros intentos de mediación y le advierte con tono elegante que si bien siempre ha apoyado el diálogo, exige que ese diálogo tenga como objetivo “por encima de todo, el bien común”.
Según el diario italiano, que tuvo acceso a toda la carta, Francisco subrayó que hoy más que nunca es necesario que se cumplan todas las condiciones “para un diálogo fructífero y eficaz”, a las que se han añadido otras “como resultado de la evolución de la situación”.
Entre ellas, sostiene el rotativo, figuran las manifestadas por la Asamblea Nacional.
Según el artículo, firmado por el editorialista Massimo Franco, cercano al pontífice, en la carta el papa no se pronuncia sobre el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, tema sobre el que mantiene una posición “prudente”.
“Más allá de la cautela diplomática, la opinión de Francisco y de sus consejeros sobre Maduro es negativa”, resumió Franco.
El editorialista recuerda que el gran temor del primer papa latinoamericano es que la crisis degenere en un “derramamiento de sangre”, como subrayado en la misiva, y no excluye que “tienda la mano”, pero advirtiendo que no “se va dejar usar” por el régimen.