“Héctor se enfermó por el dolor y el sufrimiento que le provocó el irracional e injusto ataque que ambos sufrimos con motivo de la firma del memorando de entendimiento con Irán”, afirmó Fernández en una carta de despedida a Timerman publicada en sus redes sociales pocas horas después de conocerse la muerte del excanciller.
Ya en un grave estado de salud, Timerman, quien murió la madrugada de este domingo, declaró por videoconferencia en julio pasado por la causa que investiga el supuesto encubrimiento a través de dicho memorando del atentado terrorista que sufrió una mutua judía, la AMIA, en 1994 en Buenos Aires, que dejó 85 muertos y sigue sin responsables.
El excanciller se declaró inocente y denunció que el juicio se desarrollaba con lentitud, algo que atribuyó a los intereses de países como Estados Unidos e Israel. Fernández definió a Timerman como “argentino, peronista y judío” y dijo que nunca vio “sufrir tanto a nadie” por los ataques que recibía de sus contrarios.
“Me acuerdo en muchísimas oportunidades cuando venía a verme a mi despacho, lo notaba que estaba muy mal por los ataques de las instituciones de la comunidad judía”, rememoró la exmandataria, que tuvo a Timerman como canciller durante los cinco últimos años de su mandato, desde 2010 a 2015.
Según Fernández, el fallecido transmitía “una profunda angustia” por esas críticas procedentes de su propia comunidad religiosa, no enfado ni indignación. Así, para la expresidenta, lo que lo acabó de “demoler” fue la persecución judicial posterior, así como la acusación de traidor a la patria.
Sobre su vertiente política, destacó que Timerman fue el “verdadero artífice” de la resolución de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la reestructuración de deuda soberana de Argentina, que calificó de “victoria inédita en la historia de la diplomacia argentina”. “La figura de Héctor Timerman, no tengo ninguna duda, será recordada y reconocida por la historia por su dignidad y su incansable lucha por la defensa de los intereses nacionales”, concluyó Fernández.