El joven -identificado luego en las redes sociales como Adán Cortes Salas- subió al estrado en el ayuntamiento de Oslo cuando la adolescente paquistaní Malala Yousafzai y el presidente de la Marcha Global contra el Trabajo Infantil, el indio Kailash Satyarthi, posaban con la medalla y el diploma acreditativos del galardón.
Tras ser apartado por el líder del Comité Nobel noruego, Thorbjørn Jagland, fue retirado segundos después por la seguridad.
“ Está interesado en la situación política de México y solicitó asilo político el martes ” , declaró en una rueda de prensa en Oslo John Fredriksen, portavoz policial.
El joven, explicó, permanece bajo custodia hasta ser formalmente interrogado.
La Policía noruega informó de que el joven no tenía invitación para acceder al ayuntamiento ni estaba acreditado como periodista y especuló con que se pudo haber colado en medio de un grupo de gente para burlar el control de entradas y de identificación personal.
Frederiksen lamentó la “ violación de la seguridad ” , pero resaltó que la integridad física de los invitados, entre ellos la familia real noruega y otras autoridades, no había estado amenazada en el interior del recinto.
“Para entrar en el ayuntamiento hay que pasar un control interno con máquina de rayos X y detector. Fue revisado y sus objetos personales comprobados. Llevaba una cámara de fotos, un teléfono móvil y un llavero (...) Es físicamente imposible atravesar ese punto con armas u objetos similares”, afirmó.
La bandera que llevaba el joven tenía una mancha roja en el centro, y según varios canales de televisión noruegos antes de ser apartado pidió a Malala que no “olvidase” a México.
Esos hechos, junto a algunos comentarios aparecidos en la red social Twitter, han hecho que medios noruegos relacionaran el incidente con alguna reivindicación vinculada con los 43 estudiantes desaparecidos en la ciudad mexicana de Iguala hace meses, aunque la Policía no ha querido especular sobre el tema.
El incidente ocurrido hoy en la ceremonia ha hecho que la Policía noruega haya anunciado que endurecerá las medidas de seguridad en los actos relacionados con el premio Nobel de la Paz que se celebran hoy y mañana, cuando finaliza el programa oficial.
Tanto la primera ministra, Erna Solberg, como el director de la Policía noruega, Odd Reidar Humlegård, lamentaron lo ocurrido en declaraciones a medios noruegos después de finalizar la ceremonia.
“Lo entendí como un intento de hacer una manifestación política. Debemos averiguar qué ocurrió, porque esto no puede pasar. Debemos tener una mejor seguridad”, dijo Solberg.