Tres lanchas de asalto estadounidenses y dos pequeños barcos filipinos realizaban repetidas incursiones a una playa vacía, en una base de la marina en el norte de Filipinas. Tras el desembarco, los infantes de marina cercaban una falsa tienda de campaña enemiga en la playa y regresaban a sus barcos en un ejercicio de rapidez.
Los entrenamientos se iniciaron antes del amanecer e incluían a unos 40 marines estadounidenses y 80 filipinos.
Unos 5.500 militares de ambos países participan en estas maniobras anuales de dos semanas.
En la ceremonia de apertura en Manila la semana pasada, el secretario de Relaciones Exteriores filipino, Albert del Rosario, señaló que este año las maniobras conjuntas estaban destinadas a mejorar su “capacidad marítima” para enfrentar los “desafíos” en el mar de China meridional.
Filipinas, que firmó un tratado de defensa mutua con Estados Unidos en 1951, está en disputa marítima con China, que reclama la mayoría del mar, incluidas las aguas cercanas a sus costas.
Estados Unidos ha dicho que no tomará posición en la disputa territorial.
Sin embargo, el presidente estadounidense, Barack Obama, de visita oficial a Manila la semana pasada, advirtió a China en contra de recurrir a la fuerza en sus disputas territoriales y señaló que Washington apoyaría a Manila en caso de ataque.