“Los balazos dañaron la fachada y hubo ventanales quebrados en el nivel superior, donde está el estudio de televisión y la cabina de radio, y sobre todo el impacto sicológico, porque la gente no quiere regresar a trabajar”, dijo a la AFP vía telefónica la fuente, que pidió mantener el anonimato.
Este nuevo ataque contra la prensa mexicana tiene lugar después del asesinato de cuatro periodistas y una trabajadora de prensa en el estado de Veracruz (este), vecino al de Tamaulipas, donde se encuentra Reynosa, y de varias manifestaciones en el país exigiendo seguridad para los medios de comunicación.
Alrededor de las 13:00 hora local (18:00 GMT), los directivos de Hora Cero ordenaron la evacuación del edificio, situado en la periferia de Reynosa, después de recibir una llamada telefónica advirtiéndoles de que “iban a tronar (destruir) el edificio” y dándoles 10 minutos para desalojarlo.
Algunos testigos llegaron a ver un grupo de al menos seis personas vestidas de civil y con el rostro cubierto, quienes les permitieron retirarse para después abrir fuego con rifles de asalto contra la fachada de dos niveles.
La empresa editora del periódico, Demar, que también edita varias revistas, siempre ha eludido el tema del narcotráfico debido al riesgo que entraña en algunas regiones del país, particularmente en Tamaulipas, uno de los más afectados por la ola de violencia generada por los cárteles del narcotráfico.
Los ataques contra la prensa se han convertido en algo habitual por parte de las organizaciones criminales, que buscan disuadir a la prensa de publicar algunas informaciones, particularmente referentes a asesinatos, o bien de difundir otras, por lo que muchas agresiones no son denunciadas y nadie se atreve a informar de ellas públicamente.
La semana pasada fueron asesinados en el estado de Veracruz, vecino a Tamaulipas, tres fotoperiodistas y una empleada de un periódico, cuyos cuerpos fueron desmembrados y arrojados a un canal, pocos días después de la muerte por estrangulamiento en esa misma entidad de la corresponsal de la revista Proceso.
Según la estatal Comisión de Derechos Humanos, 79 periodistas han sido asesinados en México desde 2000. De ellos ocho desde 2011 en Veracruz.