Aunque la visita de tres semanas del rey es una bendición para la economía local, el cierre de una las playas de la zona para preservar la seguridad y la privacidad del monarca, ha desatado duras críticas de los lugareños.
El rey se alojará en una propiedad privada que se extiende un kilómetro entre Antibes y Marsella, pero la embajada de Arabia Saudita ha reservado cerca de 400 habitaciones en Cannes y unas cuarenta en otras localidades de la zona. “Claramente es una buena noticia”, señala Michel Chevillon, presidente de la asociación que representa a los hoteleros en Cannes. “Estas personas tienen un gran poder de compra que no solo va a repercutir en la industria de hoteles de lujo sino también en los comercios y el turismo de la ciudad”, destacó.
Sin embargo, la visita no tiene a todos contentos, ya que además del cierre de la playa, la delegación está construyendo un ascensor que comunica la residencia del rey con la playa, dejando residuos de cemento en el zona. Una petición en contra de la “privatización” de la playa reunió más de 45.000 firmas en ocho días. “Queremos recordar que esta zona natural, al igual que cualquier dominio marítimo, es un bien público inalienable que debería estar disponible para todos los habitantes, los turistas, los franceses, los extranjeros y la gente que pasa”, señala la petición.
Además, los firmantes piden que el Estado garantice el principio de igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. “Estamos cansados de todo este alboroto”, reclamó una residente. “Me parece normal que se garantice su seguridad, pero deberían dejar que nos bañáramos”.