La estatua del Cristo se ocultó a la vista de los brasileños no sólo por el apagado de sus luces, sino también por las nubes que cubrieron la cumbre del cerro del Corcovado.
El estadio Maracaná, que este año acogerá las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos, además de los principales partidos de fútbol del torneo, también se sumó por primera vez a esta iniciativa.
En Brasil cerca de 500 monumentos de 150 ciudades del país se sumaron a la iniciativa, que celebra su décimo aniversario.