Gökçek se enfrentó a la portavoz del departamento de Estado, Marie Harf, a raíz de los altercados en Baltimore, lanzando un mensaje, “Vamos rubia, responde ahora”, en su cuenta de Twitter. Estos comentarios figuraban junto a una foto que asociaba una fotografía de Harf a dos policías estadounidenses golpeando a un manifestante en las violentas protestas que agitan esta ciudad del nordeste de Estados Unidos, donde la alcaldesa Stephanie Rawlings-Blake ha impuesto el toque de queda desde el martes.
Baltimore vive una situación convulsa desde el lunes, cuando se realizó el funeral de Freddie Gray, un hombre negro de 25 años que sufrió una lesión fatal de la espina dorsal mientras estaba detenido por la policía. En su mensaje, el alcalde de Ankara añadió: “¿Dónde estás ahora, rubia estúpida, tú que acusaste a la policía turca de recurrir a la fuerza de forma excesiva?”, en referencia al presunto doble rasero del gobierno estadounidense entre la represión de las manifestaciones en Turquía en 2013 y en su propio territorio.
En junio de 2013, Washington condenó severamente, al igual que otras capitales extranjeras, la represión de las manifestaciones en Turquía contra el gobierno de Erdogan. Los enfrentamientos se saldaron con ocho muertos, más de 8.000 heridos y miles de detenciones. Hark se negó a responder a los insultos de Gökçek en su rueda de prensa diaria, pero el embajador estadounidense en Turquía, John Bass, respondió el viernes en su cuenta de Instagram, publicando una foto de sí mismo teñido de rubio.
“Diplomáticos estadounidenses: todos somos rubios”, escribió Bass junto a la foto. El alcalde de Ankara no se mostró arrepentido por sus comentarios y, tras indicar que su mujer “también es rubia”, aseguró que sus palabras no “tenían nada que ver con el género” y que “no debían interpretarse de esa manera”. En cuanto al comentario de Bass, Gökçek se lo tomó a broma y dijo que le “podría recomendar un par de peluquerías” al embajador estadounidense.
Apodado “Melih el loco” por sus detractores, el alcalde de Ankara, al frente de la capital turca desde 1994 y férreo apoyo del presidente Recep Tayyip Erdogan, es un habitual de este tipo de salidas polémicas. El mes pasado fue objeto de burla por hacer erigir una enorme estatua de un robot estilo “Transformers” en el centro de la capital para promocionar un parque temático.