La duda y la sospecha han seguido flotando en el aire pese a que el fiscal general, Bill Barr, aseguró el 24 de marzo que la investigación de Mueller no encontró colusión criminal alguna de la campaña de Trump en 2016 con Rusia y que la evidencia de obstrucción a la justicia por parte del presidente es insuficiente.
Los detalles del reporte de 400 páginas -que podría salir con grandes ediciones- pueden determinar si los congresistas demócratas buscarán el “impeachment” del presidente.
También podrían afectar las posibilidades de reelección de Trump en 2020. Barr y el fiscal general adjunto Rod Rosenstein, que supervisó la investigación de 22 meses llevada a cabo por Mueller, tienen prevista una conferencia de prensa para las 09:30 locales (13:30 GMT) del jueves para hablar sobre el informe.
Pero el mismo no será entregado al Congreso hasta las 11:00 ó 12:00 locales, según dijo en una conferencia de prensa el jefe del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, Jerry Nadler, en la que también aseguró que Barr “parece estar haciendo una campaña mediática en favor del presidente Trump”.
Desde el breve resumen hecho por Barr en marzo, Trump ha alternado entre cantos de victoria sobre sus oponentes y dichos de que la investigación fue ilegítima y constituyó un “intento de golpe” contra su gobierno. El informe constituye una “completa y total exoneración”, había declarado Trump luego de que Barr entregara su reporte. Pero el lunes criticó la investigación, que desde el comienzo había considerado una “cacería de brujas” ilegal.
La Casa Blanca parecía el jueves lista para la pelea. Según reportes de prensa, el equipo de Trump ha hablado con funcionarios del Departamento de Justicia en los últimos días sobre el contenido del informe para preparar su respuesta.
El abogado de Trump, Rudy Giuliani, dijo a periodistas que prepara un “contrainforme” detallado, enfocado en las alegaciones de obstrucción a la justicia. Y Trump dijo a la estación de radio WMAL que él mismo podría dar una conferencia de prensa al respecto.
“Esto nunca debe ocurrirle a un presidente o a este país de nuevo”, dijo sobre la investigación. “Verán muchas cosas fuertes salir mañana. El fiscal general Barr dará una conferencia de prensa. Tal vez yo haga una después, ya veremos”, aseguró.
El informe estará centrado en el objetivo principal de la investigación: el alcance de los esfuerzos rusos por afectar la elección presidente de 2016 a favor de Trump. Parte de esa historia ya ha sido contada por Mueller en documentos legales, en los que acusó de conspiración a 26 rusos y tres compañías rusas.
El informe también debe abordar los ya conocidos cargos contra seis antiguos colaboradores de Trump y explicar por qué ninguno de ellos, o alguien más, fue inculpado de conspiración con los rusos. Y probablemente también tendrá información sobre las más fuertes alegaciones contra Trump, de obstrucción a la justicia.
Pese al anuncio de exoneración hecho por Trump, el resumen revelado por Barr decía que en el tema de la obstrucción a la justicia, Mueller declinó llegar a una conclusión con base en la evidencia. Y reportes de prensa han citado a miembros del equipo del presidente que, bajo anonimato, han dicho que la evidencia de obstrucción “no fue suficiente” para realizar una inculpación.
La publicación del informe, no obstante, seguramente no aclarará todas las dudas. Barr ya advirtió que tendría que editar o tachar grandes partes, como la información de fuentes de inteligencia, o aquella relacionada con investigaciones en curso o sobre personas que no han sido inculpadas.
Por eso, el Congreso demandó a Barr que entregue una versión no editada para asegurarse de que sus enmiendas no sean con el fin de proteger a Trump. Nadler está preparado para requerir el informe Mueller completo y varios cuerpos del Congreso están apuntando a hacer que Barr testifique, y posiblemente Mueller también.