De momento se desconocen las causas de la explosión, que podría haber sido provocada por una fuga de gas, mientras el alcalde de Indianápolis, Greg Ballard, excluyó que un avión hubiese caído en la zona.
La detonación y sucesivo incendio destrozaron completamente dos casas y dañaron gravemente otras 14 del vecindario, en un radio de varias cuadras. El sonido del estallido se escuchó a kilómetros a la redonda.
Unas 200 personas tuvieron que ser evacuadas, muchas de ellas en pijama. En el vecindario había ventanas rotas, puertas de garaje desprendidas, muros derribados. De momento fue cortado el suministro de energía eléctrica y gas como medida de precaución.
“Parece una zona de guerra”, dijo la teniente Bonnie Hensley, del departamento de bomberos de Indianápolis.