El medio centenar de responsables de los dos continentes constataron que “el crecimiento mundial se ha desacelerado y persisten incertidumbres sustanciales” que amenazan con pesar en los dos bloques, según la declaración de la presidencia de la cumbre, publicada al cierre de dos días de reunión.
Los dirigentes “esperan que la economía europea se restablezca progresivamente y saludan las medidas tomadas por la Unión Europea y sus Estados miembros para tratar el problema”.
En la cumbre celebrada en Vientiane, capital de Laos, la Unión Europea se ha esforzado en convencer a las economías asiáticas de que tiene controlada su crisis de la deuda, y pidió a sus socios que hagan más para contribuir al crecimiento.
Varias voces, en especial del lado europeo, pidieron que se eviten medidas proteccionistas, y que por el contrario se promuevan los intercambios comerciales entre dos bloques cada vez más interdependientes.
“Los dirigentes se han comprometido a abstenerse de erigir nuevas barreras a las inversiones y el comercio (...) e imponer nuevas restricciones a las importaciones o aplicar medidas incompatibles con la Organización Mundial de Comercio”, añade la declaración.