“Ojalá me equivoque, eso ya estaba establecido, es una negociación que hizo el Gobierno ecuatoriano con Estados Unidos”, dijo Correa, que asegura que el objetivo de la supuesta maniobra ha sido “proteger” al actual presidente de Ecuador, Lenín Moreno, contra un escándalo de corrupción, el llamado caso “INA Papers”, de cuentas en supuestos paraísos fiscales.
Sobre las garantías dadas por el Reino Unido -según el Gobierno ecuatoriano- de que Assange no será enviado a un país donde pueda sufrir torturas o ser condenado a muerte, el expresidente ecuatoriano expresó sus dudas ("son unos mentirosos") y añadió que, en todo caso, “¿qué mayor tortura que 175 años de cárcel, 18 acusaciones, una pena totalmente desproporcionada?”.
Según Correa, “la doble moral internacional”, que hace que los países se muevan según sus “intereses” hace que no exista una movilización en apoyo de Assange, a quien asegura que no conoce y nunca ha visto “en persona” aunque, añade, una vez fue entrevistado por él vía Skype.
“Imagine si hubiese sido un periodista norteamericano que desveló secretos rusos o chinos y se refugió en la Embajada de Gran Bretaña en Quito y que yo fuera el presidente y no lo hubiera dejado salir en siete años. Me hubieran hasta bombardeado, invadido”, asegura.
Sin embargo, “aquí hasta aplauden que saquen a un asilado de la Embajada, que hayan permitido que la policía británica entre (...) atentando contra el Convenio de Viena y quebrando la Constitución ecuatoriana”, denuncia.
Requerido por la Justicia de EE.UU. y Suecia, Assange estuvo refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres entre 2012 y el pasado 11 de abril, cuando Quito puso fin al asilo que le concedió siete años atrás y después de un año de enfrentamiento judicial con el activista, que llegó a demandar a sus anfitriones por supuesta violación de derechos.
Este jueves, el ministro británico del Interior, Sajid Javid, firmó la solicitud de extradición del fundador de WikiLeaks a Estados Unidos, cuya legislación sí contempla esa pena y el viernes una jueza británica decidió que el juicio que decidirá definitivamente sobre su extradición comenzará el 25 de febrero de 2020.
Coincidiendo con el día de la retirada de asilo político a Assange, el expresidente ecuatoriano sufrió un percance en relación con el cual, explicó a Efe, está pensando emprender “una acción”: la suspensión de su cuenta en Facebook, en la que tenía más de un millón y medio de seguidores.
“Sin previo aviso, sin explicaciones”, denuncia Correa, que añade que a continuación volvió a abrir otra cuenta, que “en menos de 24 hora tenía 40.000 seguidores” y que también fue “bloqueada” ese mismo día.
Según Correa, el director de Facebook para América Latina, Diego Bassante, un diplomático ecuatoriano está detrás de esa decisión, de la que se mostró convencido de que los directivos de la red social en Palo Alto (California) no están ni siquiera al tanto.
En ese contexto, denunció esos “abusos”, que calificó de “censura y persecución” y de atentado contra los derechos de los usuarios e indicó que ahora tiene una cuenta abierta en la red social rusa “VK”.
Correa, quien fue presidente de Ecuador entre 2007 y 2017, reside en Bélgica -de donde es originaria su esposa- y asegura que echa de menos la comida de su país, a su madre, a la gente, así como los paisajes ecuatorianos, pero que solo podrá regresar cuando sea levantada la orden de arresto que pesa en su contra.