“Cuanto más desesperadamente recurran EEUU y las fuerzas títeres surcoreanas a sus ejercicios de guerra y acumulación de armamento contra la RPDC (Corea del Norte), más reforzará ésta su disuasión militar para hacerles frente”, señaló el Ministerio de Exteriores norcoreano en un comunicado.
La cancillería de Pyongyang predijo en su nota, publicada por la agencia estatal KCNA, que el despliegue del THAAD convertirá la península coreana en el “escenario de una feroz lucha” entre las potencias vecinas y provocará una segunda guerra fría en la región del noreste de Asia.
Rusia y, especialmente, China expresaron su fuerte oposición a que Corea del Sur instale el THAAD, después de que Seúl reconociera que existe la posibilidad de adoptar este sistema de interceptación de misiles a gran altitud para mejorar su defensa contra Corea del Norte.
En este sentido, el Ministerio de Exteriores norcoreano acusó a EEUU de “preparar un ataque preventivo a la RPDC y crear las condiciones favorables para contener a China y Rusia”, según el comunicado.
Las preocupaciones de Pekín se atribuyen a que el paraguas antimisiles estadounidense incluiría unos potentes sistemas de radar capaces de rastrear los movimientos de su Ejército en la parte oriental de China.
Corea del Sur, que próximamente deberá tomar una decisión, se encuentra así ante un dilema por el choque de intereses entre EEUU, su mayor aliado militar e histórico, y China, su principal socio comercial, mientras Corea del Norte muestra cada año mayores avances en su tecnología de misiles.
De hecho, expertos aseguran que el Ejército surcoreano podría verse obligado a instalar el THAAD ya que ni actual sistema de defensa ni las tecnologías que planea implantar en los próximos años son capaces de interceptar a gran altura los poderosos misiles del régimen de Kim Jong-un.