En su fallo de primera instancia el juez especial Manuel Antonio Valderrama, de la Corte de Apelaciones de Santiago, concedió a los condenados el beneficio de la libertad vigilada.
Los sentenciados son los generales retirados Jorge Ballerino Stanford, Ramón Castro Ivanovic y Sergio Moreno Saravia y los excoroneles Gabriel Vergara Cifuentes, Juan Mac-Lean Vergara y Eugenio Castillo Cádiz.
El caso se inició hace once años y su primer juez fue Sergio Muñoz, actual presidente de la Corte Suprema de Justicia, y llegó a tener un total de 23 procesados, entre ellos la esposa de Pinochet, Lucía Hiriart y sus cinco hijos, pero posteriormente la mayoría, incluidos los parientes del dictador, fueron exonerados por la justicia.
La investigación se inició en Chile tras descubrirse que Pinochet mantenía decenas de cuentas secretas en el exterior, principalmente en el Riggs Bank de Estados Unidos, bajo nombres supuestos.
La justicia llegó a establecer que el dictador amasó una fortuna superior a los 26 millones de dólares, de los que más de 21 millones carecían de justificación legal, por lo que procedió a embargar sus bienes, que incluían 24 casas o departamentos en diversas localidades del país, tres vehículos y varios instrumentos bancarios entre depósitos a plazo y vales vista.
En su sentencia, el juez Valderrama ordenó el decomiso de esos bienes, que valoró en 4.894.638,01 dólares y en 124.566.242 pesos chilenos.
Al morir, en diciembre de 2006, Pinochet estaba procesado por fraude al fisco y uso de pasaportes falsos y desaforado (paso previo al procesamiento) por malversación de fondos públicos.
En su dictamen, el juez señaló que “es posible concluir que el monto total malversado por los acusados en favor de Augusto Pinochet Ugarte asciende a una suma total de 6.466.406,68 dólares”.
El magistrado dio por acreditado que los ahora condenados “sustrajeron para beneficio particular de Augusto José Ramón Pinochet Ugarte y su familia, fondos públicos provenientes del erario nacional, concretándose de esa forma la acción material de apoderamiento de los fondos que tenían bajo su cargo en virtud de ser ellos Jefes de la Casa Militar, Edecán y Secretarios Privados, todos exoficiales del Ejército de Chile”.