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Con una cinta adhesiva en su boca se lanzó a una pira a la víctima de un sacrificio que se registró a fines de 2012 en un predio en la Colliguay, cerca de Valparaíso, 140 kilómetros aloeste de Santiago.
El líder de la secta, Ramón Castillo, convenció a sus seguidores de que el bebé era el Anticristo y en un rito de sanación para salvar al mundo, le pidió el niño a la madre, lo cargó en sus brazos hasta una excavación donde se hizo una pira de maderos encendidos y luego lo lanzaron.
El jefe de la brigada policial metropolitana, subprefecto Miguel Ampuero, contó que “el año pasado, el 23 de noviembre, en sector de Colliguay, una mujer había dado a luz un varón en una clínica de Viña del Mar y al empezar las indagatorias no podíamos dar con el bebé, pues no estaba inscrito en el Registro Civil, por lo que se investigó a fondo”.
“Se estableció a los tres días de nacer fue llevado a un cerro, donde había una excavación de dos metros de profundidad por uno veinte, y allí se hizo una hoguera, según relato de los propios participantes. El infante estaba desnudo, con una cinta en su boca para que no gritara ni llorara, y lo pusieron sobre una tabla para arrojarlo viva a la hoguera”, detalló.
El líder de la secta salió de Chile el 19 de febrero pasado y se encuentra en Perú, donde estaría formando otra secta similar y sobre él ya pesa una orden internacional de arresto.