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Me encuentro en un hotel céntrico metido en un gran centro comercial de Caracas. Desde el jueves corrió una circular instalada en los ascensores y los lugares públicos. La advertencia: el domingo, día de las elecciones, casi todo estará cerrado.
La circular afirma que inclusive el estacionamiento del centro comercial y el hotel estarán cerrados. Habrá un despliegue y un alto dispositivo de seguridad en los puntos considerados claves por el gobierno.
El oficialismo insiste en que hay un plan desestabilizador preparado para antes de las elecciones. En la mañana de este viernes, el ministro del Interior, Néstor Reverol, contó detalles de la captura de supuestos grupos paramilitares disfrazados de militares venezolanos quienes habrían ingresado al país para asesinar al candidato oficialista.
Desde hoy rige la veda electoral, pero sin embargo, la oposición denuncia que se viola. Eso se percibe en los medios de comunicación, que hacen proselitismo de manera solapada.
La venta de bebidas alcohólicas en las calles está prohibida ya desde este viernes y en las calles se ve la presencia importante de policías y militares.
El vicepresidente ejecutivo de la República, Jorge Arreaza, declaró que han sido totalmente neutralizados los focos de desestabilización de ciertos grupos que, según él, pretendían empañar el proceso electoral del próximo 14 de abril.
“Hemos desmontado algún plan que trataría de afectar el proceso electoral o post electoral”, dijo el representante del Ejecutivo.
Diego Molero, ministro para la Defensa, indicó que fueron detenidos varios sujetos con identidades falsas y uniformes de la Fuerza Armada Nacional.
Uno de los apresados es un ciudadano que vestía uniforme de militar y que el 10 de abril fue visto por centros de votación del estado Aragua “ofreciendo comida y bebidas, con fines, que podemos presumir, no son los más sanos”, explicó.
En las calles de Caracas abundan las imágenes de Chávez y Maduro. La imponente demostración de fuerza que hicieron ayer durante el cierre de campaña surtió el efecto de instalar que el gran vencedor el domingo sería Maduro, aunque el opositor Henrique Capriles afirmó que no reconocerá el resultado del Consejo Nacional Electoral (CNE) si los números no le son favorables.
El CNE ha perdido credibilidad en Venezuela. Aseguran que antes que árbitro de las elecciones, se ha convertido en actor protagonista. A esto se suma que ayer, en el cierre de campaña, se evidenció la capacidad y la fuerza chavista. Han dado muestras de que todo el dinero proveniente de los ingresos petroleros y los tributos que pagan los ciudadanos fueron y son utilizados a plena disposición del oficialismo.
Esto implica también el “arreo” de votantes el día de las elecciones, incluso con la alevosa intervención de la Fuerza Armada.