Los reflectores del mundo están puestos sobre el mayor proceso por narcotráfico en la historia de Estados Unidos, que durante meses dilucidará si Joaquín “el Chapo” Guzmán, considerado el capo más peligroso del mundo, es culpable del envío de 155 toneladas de cocaína a territorio estadounidense durante un cuarto de siglo, de posesión de armas y lavado de dinero.
Cofundador del trasnacional cártel de Sinaloa, el Chapo, de 61 años, se juega la cadena perpetua. Pero este maestro de las cortinas de humo, protagonista de dos espectaculares fugas de prisiones de máxima seguridad en México, podría tener un as bajo la manga lejos de este juicio de costo multimillonario, y que se desarrolla bajo extrema seguridad y secretismo.
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“La captura y extradición de Guzmán fue bueno para la justicia mexicana y de Estados Unidos, pero en realidad es más simbólico porque el cártel de Sinaloa sigue siendo el más potente del mundo”, gracias al liderazgo del también cofundador Ismael “El Mayo” Zambada, último capo veterano en México, comentó para la AFP Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la agencia estadounidense antidrogas DEA.
Javier Oliva, investigador en temas de Seguridad y Defensa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), coincide en que “ese juicio realmente parece más un espectáculo que algo de fondo”. Mientras no se realice una “fiscalización de dinero, los juicios no tienen mucha utilidad. La esposa, los hijos, los cómplices podrán seguir usando las decenas de millones de dólares que dejó este delincuente”, añadió.
Aunque la extradición del Chapo debilitó al cártel de Sinaloa en un principio, la DEA asegura en su última Evaluación de Amenazas Nacionales por Narcóticos que nuevamente “mantiene el mayor dominio en Estados Unidos”, mientras que el rival que le viene pisando los talones, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), “ha expandido significativamente su presencia en los últimos años”.
Considerando que “los hijos del Chapo son unos juniors que nunca trabajaron en su vida y no saben hacer ese negocio”, Zambada ha podido imponerse hasta ahora sin mucho afán al frente del cártel de Sinaloa, explica Raúl Benítez Manaut, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM.
En contraste, el CJNG de Nemesio Oseguera -alias el Mencho- padece una cruenta lucha intestina, que ha debilitado el vertiginoso avance que logró a punta de extrema violencia y un temible arsenal que incluso derrumbó un helicóptero militar.
Quien fuera el brazo derecho del Mencho, Carlos Enrique Sánchez -alias el Cholo-, conspira para quedarse con el trono del sanguinario cártel, asegura Vigil. Sánchez “se ha aliado con el cártel de Sinaloa, que lo está apoyando con fondos y con sicarios para que pelee contra el Mencho y entonces, si logra obtener el liderazgo, se va a aliar con el cártel de Sinaloa. Lo va a tener que hacer para poder sobrevivir” , explica. Durante esta guerra interna, Sinaloa aprovechará para también arrebatarle a su rival un máximo de territorio. Así, sea cual sea el desenlace de la guerra entre el Mencho” y el Cholo, ya “es beneficio para el cártel de Sinaloa”, subraya Vigil.
Además de la fría estrategia, en esta jugada reluce una historia familiar. La exuberante esposa del Chapo, Emma Coronel, una reina de belleza de 29 años y quien ha asistido a casi todas las audiencias en Nueva York, es sobrina del abatido Ignacio Coronel, un astuto capo que hizo prosperar al imperio de Sinaloa en Jalisco.
Aprovechando su muerte en 2010, el Mencho, acérrimo enemigo del cártel del Chapo, usurpó el lugar de Coronel. Si el Cholo logra su cometido de dominar al CJNG, “sería una reintegración del grupo originario de Jalisco a la organización principal, que es la de Guzmán”, puntualizó Oliva. Sin duda, el cártel de Sinaloa aprovechará las debilidades estructurales del CJNG: el terror con que lidera el Mencho y que, al exponenciar la cifra de homicidios en Jalisco atiza el asecho de las fuerzas federales, así como su jerarquía piramidal, donde todos los movimientos pasan forzosamente por el capo.
“El Mencho controla todo, es una sola persona (...) Si se le captura sería un golpe duro” para su cártel, explica Vigil. Al contrario, Zambada goza de una fama de hombre de negocios con cabeza fría, más que de matón. Además, su negocio “tiene una estructura horizontal, como un McDonalds” , con subsidiarias independientes en más de 40 países que no se verían afectadas por el arresto del jefe en turno del cártel, asegura Vigil.
El septuagenario Zambada “es un hombre supremamente inteligente, muy capaz, que ha estado en el narcotráfico toda su vida y nunca ha pasado un solo día en una cárcel” , gracias a que -contrariamente al Chapo- guarda un bajo perfil y nunca sale de la sierra, explica el experto. Desde su trono, Zambada sigue moviendo las fichas. “Me pueden agarrar en cualquier momento... o nunca”, desafió el capo en 2010, en una inusual entrevista para el semanario Proceso.