El índice de confianza en el mandatario de ultraderecha cayó igualmente de 62% en enero a 49% en marzo, frente a un 44% que declara no confiar en el presidente, un porcentaje que en enero era del 30%, precisó el sondeo del instituto Ibope.
Esa degradación puede estar relacionada, según el analista político André César, de la consultora Hold, a los escándalos que agitaron estos primeros meses de gestión.
Citó entre ellos la revelación de que el partido oficialista (PSL) recurrió a candidatas “fantasma” para recibir fondos electorales en la última campaña, así como a sospechas de irregularidades financieras del primogénito de Bolsonaro y la falta de resultados económicos.
También puede haber pesado la renuncia de uno de sus ministros de mayor confianza, en medio de una disputa interna con otro de los hijos de Bolsonaro. “El gobierno no ha mostrado a qué vino, todavía no comenzó, no entró a la cancha”, dijo César.
Bolsonaro, que asumió el cargo el 1 de enero, fue electo en octubre de 2018 con el 55% de los votos válidos, frente a 45% para Fernando Haddad, del Partido de los trabajadores (PT, izquierda).
El 51% de aprobación revelado este miércoles se refiere específicamente a la actuación del presidente. La evaluación positiva del gobierno en su conjunto es de apenas 34%, frente al 49% registrado al inicio de su mandato, según Ibope, que entrevistó a 2.002 personas entre el 16 y el 19 de marzo.
El porcentaje de personas que consideran al gobierno “regular” subió de 26% a 34% y el de quienes lo juzgan malo o pésimo pasó de 11% en enero a 24% en marzo. Un 8% no se pronunció o no contestó.
Se trata del índice de aprobación más bajo recogido por Ibope tres meses después del inicio de un primer mandato presidencial desde 1995. En marzo de ese año, un 41% de los brasileños aprobaba la gestión de Fernando Henrique Cardoso, quien cuatro años después volvió a salir elegido.
En marzo de 2003, un 51% aprobaba al primer gobierno del líder de la izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, reelegido igualmente en 2010; y en marzo de 2011, un 56% aprobaba al gobierno de Dilma Rousseff, la sucesora de Lula, reelegida en 2014 pero destituida en 2016 por el Congreso.
Bolsonaro, un excapitán del Ejército de 63 años, hizo campaña con un discurso de mano dura contra la corrupción y la violencia y prometió un ambicioso plan de ajuste para rescatar la economía.
La pieza más importante de su plan económico es la reforma del sistema de jubilaciones, que endurece las condiciones de retiro y exigirá arduas negociaciones en el fragmentado Congreso.
Con una base parlamentaria todavía nebulosa, el respaldo de la opinión pública es un factor clave para lograr la adhesión de los diputados y senadores, que tendrán que explicar a sus electores por qué votar a favor de una reforma “extremamente impopular”, apunta César.
El margen de error de la encuesta del Ibope es de +/- 2 puntos porcentuales.