El consejo de administración de Monsanto “consideró por unanimidad que la oferta de Bayer AG es incompleta y financieramente inapropiada”, dijo el grupo en un comunicado firmado por el presidente Hugh Grant.
Añadió que “sigue abierto a mantener discusiones constructivas para determinar si una transacción (..) es posible”.
Grant dijo que la oferta de Bayer “subestima significativamente” a la compañía y no da suficientes garantías acerca de cómo financiaría la transacción o enfrentaría los posibles cuestionamientos de autoridades que supervisan el funcionamiento del mercado.
Bayer presentó el lunes a Monsanto la mayor propuesta de adquisición hecha por un grupo alemán al ofrecer pagarle 122 dólares por acción, lo que significaba unos 62.000 millones de dólares.
La propuesta hizo subir las acciones de Monsanto pero solo a 106 dólares debido a la expectativa de que sería rechazada y que Bayer debería mejorarla. En cambio las acciones de Bayer cayeron el lunes en Frankfurt a 84,42 euros (94,09 dólares).
“Nadie podía esperar que Monsanto aceptase una oferta que no estuviese ligeramente por encima de los 130 dólares por acción”, comentó Jeffrey Stafford, analista de la firma Morningstar.
Para aprovechar “la oportunidad de su vida”, Bayer debe aumentar el precio ofertado, dijo Jeffrey Holford de la consultora Jefferies.
A última hora de la tarde del martes Bayer emitió un comunicado alegando que “espera emprender en el futuro un diálogo constructivo con Monsanto”, aunque no se apartó de su oferta inicial.
La calificadora Moody’s había alertado a Bayer que rebajaría la nota de su solvencia debido a la arquitectura de la operación: el 25% de los 62.000 millones de dólares provendría de una nueva emisión de acciones. Para Moody´s esa fórmula aumentaría la deuda de Bayer y la tornaría cuatro veces superior a sus beneficios anuales.
Monsanto tiene otras cartas, entre ellas una fusión con la alemana BASF que, según analistas, no puede permitirse ser un mero observador de los actuales movimientos en el mercado mundial de los agroquímicos.
La sociedad china ChemChina compró hace poco la suiza Syngenta mientras que las estadounidenses Chemical y DuPont están ultimando detalles de su fusión.
Esta carrera de fusiones y compras es atribuida a la caída de los precios agrícolas y a la depreciación de las monedas de los países emergentes que está castigando sus exportaciones.
Además del tema del precio, el casamiento entre Bayer y Monsanto podría enfrentar la oposición de grupos anti OGM en Alemania y la de las autoridades reguladoras de la competencia en Estados Unidos.
Estas ya frustraron la fusión de los laboratorios Pfizer y Allergan y la de los grupos de servicios Halliburton y Baker Hughes.
De fusionarse, Bayer-Monsanto sería el líder mundial de semillas transgénicas y pesticidas con respectivamente, el 30% y 24% del mercado, según el grupo ambientalista Greenpeace.
Tal dominio podría repercutir en aumentos de precios a los agricultores y a los consumidores finales.
En Estados Unidos, congresistas temen que el precio de la leche de soja se dispare debido a que el 90% de las semillas transgénicas de la oleaginosa serían fabricadas por el nuevo grupo.
Activistas del medioambiente advierten que Bayer aprovecharía la fusión “para inundar el mercado europeo de OGM”, según Anne Isakowitsch, del grupo de presión Sum of Us, que se moviliza contra la fusión.