Mark Steven Domingo, de 26 años, un exsoldado de infantería del Ejército que combatió en Afganistán y profesaba la fe musulmana, fue arrestado el viernes cuando recibió lo que pensaba que era una bomba, entregada por un oficial del FBI encubierto. Su objetivo era usarla en una manifestación de nacionalistas blancos en la portuaria ciudad de Long Beach el fin de semana.
Al sospechoso se le negó la libertad bajo fianza al término de su primera comparecencia este lunes ante un juez federal y tendrá su próxima audiencia el 31 de mayo. “Este fue un caso en el que las fuerzas de seguridad pudieron identificar a un hombre consumido por el odio y decidido a asesinar en masa y detenerlo antes de que pudiera llevar a cabo su ataque” , dijo el fiscal Nick Hanna en una rueda de prensa. “Sin embargo, el caso criminal esboza un escalofriante complot terrorista que se desarrolló en los últimos dos meses y que apuntaba a estadounidenses inocentes que esperaban congregarse el fin de semana pasado” .
Domingo expresó en internet y a informantes del FBI su apoyo a la “violencia yihadista, su deseo de buscar represalia a los ataques contra musulmanes y de convertirse en un mártir” .
Encara 15 años de cárcel si es condenado por los delitos de “proveer e intentar proveer apoyo material a terroristas” .
Su arresto se produjo dos días antes de que John Earnest, de 19 años, matara a una persona e hiriera tres en un ataque contra una sinagoga cerca de San Diego. Fue acusado de homicidio y crimen de odio.
Lealtad al EI
Domingo expresó en grupos privados en internet apoyo al grupo yihadista Estado Islámico (EI) y aseguró que “si viniera” le juraría lealtad, según una declaración jurada del informante confidencial que colaboró con el FBI para atraparlo. “Estados Unidos necesita otro Las Vegas que les dé una muestra del terror que con gusto esparcieron por todo el mundo”, escribió en internet, según la fiscalía, en referencia a la masacre liderada por Stephen Paddock en octubre de 2017 contra un festival de música country, que dejó 58 muertos y decenas de heridos.
Después de considerar varias posibilidades, incluidas ataques contra judíos, iglesias y oficiales de policía, Domingo se decidió por la manifestación de nacionalistas blancos del domingo, que al final no se dio. “A veces el señor Domingo decía que quería matar a judíos mientras caminaban hacia la sinagoga” , indicó Hanna. “Otras veces decía que quería matar y atacar a oficiales de policía, atacar una instalación militar o atacar multitudes en el muelle de Santa Mónica” .
Después del ataque contra dos mezquitas de Christchurch, Nueva Zelanda, que dejó 50 muertos, el 13 de marzo, Domingo escribió: “Debe haber venganza” .
El exsoldado, que sirvió en Afganistán entre septiembre de 2012 y enero de 2013, habría pedido a un compañero, que estaba colaborando con las autoridades, que le consiguiera un fabricante de bombas y compró centenares de clavos para una granada fragmentaria.