Alemania abre el debate para penalizar el suicidio asistido

BERLÍN. La Unión Cristianodemócrata (CDU) que lidera la canciller alemana, Angela Merkel, plantea impulsar en esta legislatura una ley para penalizar el suicidio asistido e impedir que actúen en el país organizaciones que ayudan a enfermos terminales.

Los planes de la CDU han sido revelados por el diario Die Welt, que explica que el partido ha nombrado ya a un coordinador para intentar buscar el consenso necesario en el Bundestag (Cámara baja alemana), donde los conservadores están a cinco escaños de la mayoría absoluta.

En Alemania, el suicidio asistido no está penalizado, lo que facilita el trabajo en el país de dos asociaciones: Ayuda a Morir y la sección alemana de la suiza Dignitas.

Ambas asisten en la muerte a personas con enfermedades terminales o graves padecimientos facilitándoles los medicamentos necesarios, aunque son los propios afectados quienes deben tomarlos en última instancia.

Ayuda a Morir Alemania colaboró en la muerte de 40 personas en 2013 y, según las últimas cifras facilitadas por Die Welt, Dignitas atendió en 2011 los casos de 66 alemanes, aunque esta organización obliga a los enfermos a viajar a Suiza, donde la eutanasia es legal.

El Gobierno de Ángela Merkel no quiere ser el autor del proyecto de ley y la CDU se dispone a negociar en las próximas semanas con los grupos parlamentarios para que la propuesta salga del Bundestag, aunque el consenso parece complicado.

El secretario general de la CDU, Peter Tauber, subrayó al diario la importancia del mero debate sobre esta cuestión, ya que conllevará hablar también de las alternativas al suicidio asistido, como los cuidados paliativos.

Un debate que, a su juicio, debería abrirse también al drama de los abortos, aunque la CDU no se plantea reformar la actual legislación, que permite la interrupción voluntaria del embarazo en las primeras doce semanas de gestación y posteriormente si se cumple determinados requisitos.

“No queremos modificar la normativa vigente, pero sería bueno para la sociedad debatir sobre la protección de la vida”, señaló el dirigente conservador.

“El Estado no puede forzar a decidir en favor de la vida, pero tampoco podemos quedarnos impasibles ante los 100.000 abortos que se registran cada año en Alemania”, añadió.

Los planes de la CDU han sido ya contestados por el presidente de Ayuda a Morir Alemania, Roger Kusch, exsenador en Hamburgo, quien criticó que se quiera prohibir el trabajo de organizaciones que asisten en la muerte a personas que solas no tendrían capacidad de alcanzar una muerte digna.

Quienes acuden a la asociación, explicó, son enfermos terminales que ya no encuentran respuestas en la medicina.

Kusch explicó que su organización es una entidad sin ánimo de lucro que no cobra por los suicidios asistidos, aunque los socios pagan anualmente una cuota de 200 euros -o realizan un pago único de 2.000 euros- para financiar distintos servicios, como la ayuda en la preparación de los testamentos vitales.

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