La explosión se produjo hacia el mediodía, (9:00 GMT) en la ciudad de Taji, a 25 km al norte de Bagdad, según un responsable del ministerio iraquí del Interior y una fuente médica.
Hasta el momento no ha sido posible establecer la identidad de las víctimas, ni saber si se trata de soldados o de eventuales candidatos, pero las fuentes consultadas por la AFP sí indicaron que había 30 heridos.
“Cuando estalló la bomba, fue al hospital porque sabía que mi hijo estaba allí (en Taji, NDLR). Pensé que debía estar herido. Efectivamente lo estaba y lo están atendiendo en el hospital”, contó Yawad, quien prefirió no dar su apellido, a la AFP , presente en el hospital de Kadhimiya.
El ejército iraquí, al igual que las fuerzas policiales y los funcionarios, suelen ser blanco de grupos armados sunitas. El atentado del martes no había sido reivindicado, pero el Estado Islámico de Irak, considerado como la rama iraquí de Al Qaida, ya ha reivindicado atentados contra centros de reclutamiento de las fuerzas de seguridad.
Sin embargo, pese a una ola de atentados durante la fiesta musulmana de Aid al Adha, en octubre se registraron mucho menos muertos por actos de violencia que en septiembre.
Así, según datos oficiales, 144 personas fallecieron en octubre, cuando en septiembre habían muerto 365 personas. No obstante, septiembre había sido el mes con mayor número de víctimas de los últimos dos años.
La violencia en Irak ha disminuido considerablemente con respecto a los años 2006 y 2007, pero sigue siendo habitual en este país, nueve años después de la invasión del país por fuerzas internacionales lideradas por Estados Unidos que derrocaron a Sadam Husein.
Al no lograrse un acuerdo con Bagdad para mantener una pequeña presencia militar en Irak, el presidente estadounidense Barack Obama ordenó a todos los soldados de su país que se retirasen de Irak el año pasado.
Tras retirarse estas tropas estadounidenses a fines de diciembre, a Irak le quedaron varios problemas por solucionar.
Muchos iraquíes lamentan que Estados Unidos haya introducido una dimensión confesional que no existía en el Irak de Sadam Husein, derrocado tras la invasión de 2003 liderada por Washington. El actual gobierno, dominado por chiitas, acusa a ex partidarios sunitas de Sadam Husein de organizar conspiraciones y los reprime severamente.