La recepción de votos comenzó unas horas después del anuncio en medios locales de que Hillary Clinton había alcanzado la barrera de los 2.383 delegados necesarios para obtener la investidura por el Partido Demócrata y convertirse en la primera mujer en competir por la Casa Blanca por uno de los grandes partidos estadounidenses.
Sin embargo, la exsecretaria de Estado rehusó proclamar su victoria temiendo que se desmovilicen sus electores y los exhortó a votar en este último “Super Martes” de primarias en seis estados.
Uno de esos estados es California, donde la exsecretaria de Estado espera obtener una victoria simbólica frente al senador Bernie Sanders que le permita llegar con más fuerza a los comicios presidenciales del 8 de noviembre.
Estas últimas elecciones primarias, de un largo proceso que comenzó hace seis meses, tienen lugar en California, Nueva Jersey, Nuevo México, Dakota del Sur y del Norte.
Luego vendrá el momento de las convenciones partidarias a fin de julio en Cleveland, para los republicanos, y en Filadelfia para los demócratas, en las cuales los delegados elegirán a sus candidatos para la elección presidencial.
El contendiente republicano para los comicios ya se conoce desde hace un mes: Donald Trump.
El enfrentamiento entre una mujer y un hombre de negocios sin experiencia política no tiene precedentes en la historia estadounidense y marca el punto culminante de una temporada política extraordinaria en este país.