Tras un viaje secreto, María Corina Machado, de 58 años, llegó tarde para asistir a la ceremonia para otorgarle el premio Nobel de la Paz, recibido por su hija Ana Corina Sosa. Salió a saludar después de las 02H00 (01H00 GMT), recibiendo una ovación y el canto del himno nacional de Venezuela.
Machado bajó a saludar a los seguidores en la calle que la recibieron como estrella de rock que gritaban “¡Libertad!”, “¡valiente!” y le pedían: “¡María ayúdanos a volver!”, rompiendo la calma del centro en la apacible capital noruega.
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La líder opositora no quiso responder preguntas al acercarse a la gente, donde se mezclaron periodistas y figuras políticas en el exilio como Leopoldo López, Lilian Tintori y Antonio Ledezma, todos radicados en España.
Casi a las 03H00 (02H00 GMT) regresó al hotel acompañada por su madre, Corina Parisca, portando banderas con mensajes de apoyo, rosarios y estampas de santos que le entregaron sus seguidores.
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Un centenar de seguidores la esperaron cantando y gritando consignas por su país para verla saludar desde el balcón del Grand Hotel, un gesto que suelen hacer los laureados con el Nobel de la Paz en la capital noruega.
