La firma de este acuerdo sería “una señal muy importante desde el punto de vista económico, pero también político, en un contexto de un desarreglo que está poniendo en tela de juicio la base de los últimos 30 años del comercio internacional en el mundo”, dijo Planas en declaraciones a EFE.
Preguntado por si la eventual firma se aceleró como respuesta a la nueva línea de Estados Unidos de subir aranceles a numerosos países, Planas se limitó a comentar que se trata de “una feliz coincidencia del calendario”.
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“En un momento donde hay tanta preocupación por la inestabilidad, vemos un elemento de certidumbre que me parece tremendamente positivo”, agregó el ministro español.
Muchos intereses
El responsable de Agricultura destacó que España tiene “muchos intereses” en la eliminación de aranceles para vender productos en los cuatro países integrantes de Mercosur, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, “por ejemplo aceite de oliva y vino”.
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En todo caso, admitió “alguna preocupación” en la opinión pública europea, “sobre todo en el sector primario (la agricultura)”, por facilitarse también la importación de productos sudamericanos, pero aseguró que los “que son sensibles para la UE no alcanzan más del 1 o 2 % del consumo de la UE”.
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Además de las salvaguardias ya incluidas en el acuerdo, que se pueden activar si los Estados miembros estiman que existe algún daño desde el punto de vista comercial, también se prevé un fondo de compensación futuro, subrayó Planas.
Resistencia de Francia
“Espero y deseo que no se tenga que utilizar, pero en los próximos presupuestos de la UE, para después de 2027, se ha incluido un nuevo fondo por un importe aproximado de mil millones de euros por si algún Estado miembro considera que, efectivamente, algún sector resultara afectado”, explicó.
“Han sido más de 25 años de negociaciones. Bien está lo que bien acaba y esperemos que efectivamente estemos en condiciones de suscribirlo para el final de este año y que entre en vigor lo antes posible”, concluyó el ministro.
Algunos países europeos, con Francia a la cabeza, aún se resisten a firmar el acuerdo de libre comercio con el bloque sudamericano, al temer efectos negativos para sus sectores agrícolas.
