El número insuficiente de test, combinado con un aumento de los casos no diagnosticados, compromete de forma “grave” el objetivo de acabar para 2030 con el Sida como una amenaza para la salud pública, señalan en su informe anual conjunto OMS-Europa y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC).
La proporción de diagnósticos tardíos de VIH en la región europea -que incluye también a países de Europa del Este, Rusia y varias repúblicas exsoviéticas- es mayor en personas infectadas por transmisión heterosexual y quienes se inyectan drogas.
Casi uno de cada tres diagnósticos de VIH el año pasado corresponden a personas de origen extranjero, proporción que sube a la mitad en los países de la Unión Europea (UE) y el Espacio Económico Europeo (EEE).
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La OMS y el ECDC resaltan que esos datos ponen de manifiesto la necesidad de servicios de test y prevención “personalizados, accesibles y competentes culturalmente”.
El número de nuevos casos diagnosticados en la región europea en 2024 ascendió a 105.922, una cifra ligeramente menor a la del año anterior, aunque los datos sugieren que se mantiene la brecha de test y diagnósticos.
En la UE/EEE, hubo un 48 % de diagnósticos tardíos de VIH y el sexo entre hombres es la causa más común de transmisión (casi la mitad), aunque aumenta la proporción de contagio heterosexual.
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El director de OMS-Europa, Hans Kluge, señaló en un comunicado que el número de test en la región ha aumentado desde 2020, pero también lo ha hecho el de personas sin diagnosticar, “una crisis silenciosa que está alimentando el contagio”.
“No estamos haciendo lo suficiente para eliminar las barreras mortales del estigma y la discriminación que previene que la gente solicite un test. Un diagnóstico temprano no es un privilegio, sino una puerta a una vida larga y saludable y la clave para detener el VIH”, afirmó Kluge.
