Se trata de un “abeto rojo” procedente de la provincia de Bolzano en Trentino-Alto Adigio y que fue donado por los municipios de Lagundo y Ultimo.
Como es tradicional, también se instalará un Belén que este año llegará de Nocera Superiore, provincia de Salerno y que recrea elementos típicos de la zona, incluido el baptisterio paleocristiano.
El obispo de Bolzano-Bressaone, monseñor Ivo Muser, ha indicado que la tala del árbol escogido ha sido un proceso planificado y respetuoso con el medio ambiente al tratarse de un recambio natural de los árboles.
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“La tala del árbol no es una falta de respeto, sino el fruto de una gestión forestal prudente, donde la tala forma parte de un enfoque activo que garantiza la salud del bosque y controla su crecimiento”, afirmó el prelado en una entrevista publicada en el sitio web del Vaticano.
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El año pasado la instalación del abeto de Navidad en el Vaticano estuvo rodeada de polémica y causó indignación en Italia porque se escogió un majestuoso ejemplar con más de dos siglos de historia.
Este año, junto al abeto principal, se instalarán otros más pequeños, también provenientes del Alto Adigio, en oficinas y palacios de la Santa Sede, contribuyendo a la decoración navideña en distintos espacios del Vaticano.
