Desigualdad y exclusión, los desafíos que enfrentan los cristianos en Turquía

La mezquita azul, en Estambul, Turquía.
La mezquita azul, en Estambul, Turquía.ERDEM SAHIN

ANKARA. Pese a algunos avances en sus derechos, los cristianos aún luchan contra la desigualdad y cierto sentido de exclusión en Turquía, donde viajará esta semana el papa León XIV.

Aunque el Estado, oficialmente laico y mayoritariamente musulmán, les ha ofrecido un terreno para construir una iglesia en Estambul, algunos puestos de la función pública siguen cerrados en la práctica a las minorías no musulmanas, a pesar de que no existe ninguna prohibición legal.

“En Turquía, 99% de la población es musulmana” , suele repetir el presidente Recep Tayyip Erdogan sobre este país de 86 millones de habitantes.

“Cada vez que dice eso me siento excluido porque nunca menciona a las mayorías no musulmanas” , lamenta Yuhanna Aktas, presidente de la Unión Asiria que representa a los cristianos asirios del sudeste de Turquía. “No nos ven como ciudadanos de pleno derecho”, añade.

Cristianos en Turquía

Según los historiadores, en la actualidad solo quedan unos 100.000 cristianos en Turquía, frente a los casi 4 millones que había a principios del siglo XX.

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León XIV tiene previsto reunirse con líderes cristianos locales en la iglesia asiria ortodoxa Mor Ephrem, inaugurada en Estambul en 2023.

Aunque el terreno fue cedido por el Estado, es la única iglesia nueva construida en Turquía desde que se convirtió en república en 1923.

Iglesia de San Antonio de Padua, en Estambul, Turquía.
Iglesia de San Antonio de Padua, en Estambul, Turquía.

Desde entonces, las minorías cristianas han luchado por obtener representación, pese a que no existe ninguna prohibición legal que impida a los no musulmanas ocupar cargos públicos.

“El único alto cargo no musulmán actualmente en Turquía es un administrador local de la comunidad armenia” , asegura Yetvart Danzikyan, editor jefe del semanario armenio Agos.

Enemigos internos

Desde que Turquía se convirtió en república, cristianos y judíos fueron calificados por autoridades gubernamentales y medios como los “enemigos internos” durante décadas.

También fueron blanco de discriminación y violencia, incluso hasta principios de la década de 2000. Y la palabra “armenio” aún es a veces considerado un insulto.

En su informe de 2024 sobre Turquía, el Grupo de Derechos de Minorías (MRG, en inglés), con sede en Londres, indicó que “los no musulmanes son constantemente discriminados porque los promotores del nacionalismo turco los consideran incapaces de ser turcos debido a su identidad religiosa”.

Restos de la iglesia en la ciudad turca de Nicea donde ese viernes día 28 rezará el papa León XIV y donde recordará el primer concilio ecuménico de la cristiandad, celebrado hace 1.700 años.
Restos de la iglesia en la ciudad turca de Nicea donde ese viernes día 28 rezará el papa León XIV y donde recordará el primer concilio ecuménico de la cristiandad, celebrado hace 1.700 años.

Laki Vingas, fundador del grupo de apoyo a la comunidad griega Rumvader, sostuvo que el gobierno ha intentado abordar ese fenómeno.

“Durante 20 años, tanto el Estado como nosotros hemos buscado resolver las injusticias del pasado. Este proceso está incompleto, pero al menos no tenemos dificultad en reunirnos con las autoridades”, declaró a la AFP.

Al mismo tiempo, ciertos eventos han preocupado a la población, tales como el creciente giro hacia el nacionalismo conservador bajo el gobierno de raíz islamista de Erdogan, comentó Danzikyan.

Violencia

Y hubo casos de violencia.

El periodista armenio Hrant Dink fue asesinado en 2007 en Estambul, y cuatro años después, un joven armenio fue asesinado mientras hacía su servicio militar.

En 2020, los armenios enfrentaron amenazas durante la guerra de Nagorno-Karabaj y en 2024, dos hombres armados irrumpieron en un templo católico de Estambul donde mataron a una persona e hirieron a otra.

También preocupó la polémica decisión de convertir la basílica de Santa Sofía, una icónica estructura del siglo IV, en una mezquita en 2020, dijo Danzikyan. Antes era un museo.

Mezquita Hagia Sofya, ex Basílica de Santa Sofía.
Mezquita Hagia Sofya, ex Basílica de Santa Sofía.

Algunos observadores señalan que el país se ha abierto progresivamente los últimos 20 años y que la sociedad civil ha estado más dispuesta a recordar el genocidio armenio, algo que Ankara no reconoce.

“Cada vez más gente hace preguntas en lugar de aferrarse a sus prejuicios”, sostuvo Vingas, quien exaltó el surgimiento de “una sociedad mucho más abierta, sobre todo en Estambul”, donde vive la mayor parte de los cristianos de Turquía.