Luis Fernández Albín era investigando en Uruguay por un intento de enviar dos toneladas de cocaína a Europa y por dos atentados, uno de ellos contra una fiscal.
Para esconderse de la Justicia uruguaya, Albín vivía en un departamento en la zona de Flores, en la capital argentina, propiedad de un uruguayo con antecedentes de narcotráfico.
En Argentina, Fernández Albín llevaba una vida modelo. Sin ningún trabajo de pantalla, era visto paseando frecuentemente a Robertina, su cachorra de bulldog francés.
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De hecho, cuando el jueves pasado agentes del Departamento Federal de Investigaciones (DFI) argentino allanaron el departamento y lo detuvieron por pedido de la Justicia de Uruguay, encontraron una carpeta médica de Robertina, ordenada y en regla.
Tras el allanamiento, la perrita fue revisada por un veterinario y entregada a una persona de confianza designada por el detenido.
El DFI montó en octubre una vigilancia sobre Albín con dos brigadas, ocho hombres que se rotaban para seguirlo.
Los seguimientos duraron un mes y se complementaron con la colocación de una cámara fija frente al edificio donde el sospechoso vivía y a la instalación de un rastreador GPS en su camioneta Volkswagen Amarok.
Pareja con prontuario
Khaterine Quilimas Gularte (30), pareja de Fernández Albín desde hace una década, tiene su propia historia. Conocida como “La Chuna”, tiene antecedentes por narcotráfico y fue detenida el pasado jueves en Montevideo acusada de dos cargos de lavado de dinero proveniente del narcotráfico.
El matrimonio y sus hijas viajaban frecuentemente entre Montevideo a Buenos Aires. Según datos aportados por la DEA, Fernández Albín llegó por primera vez a Buenos Aires el 27 de junio. Llamativamente, aparece saliendo a Uruguay el 8 y 30 de julio, pero nunca reingresando, lo que hace presumir que usó una identidad falsa para hacer los viajes de vuelta a Argentina.
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De acuerdo a la investigación de la Fiscalía uruguaya, Fernández Albín habría organizado el acopio y la exportación de 2.000 kilogramos de cocaína incautados en agosto pasado en una chacra de la localidad uruguaya de Punta Espinillo. Además, señaló que se lo investiga por el delito de lavado de activos.
La Justicia de Uruguay también investiga la conexión entre Fernández Albín y un atentado contra el Instituto Nacional de Rehabilitación y otro contra la fiscal de Corte de Uruguay Mónica Ferrero.
El atentado a la funcionaria uruguaya ocurrió el 28 de septiembre: dos personas entraron al patio trasero de su casa en Montevideo mientras ella estaba en el lugar con su familia. Allí, hicieron varios disparos e incluso detonaron una granada antes de escapar en una camioneta que poco después apareció incendiada.
Aunque la fiscal y el resto de las personas que estaban en la casa salieron ilesas, Ferrero sostuvo poco después en una reunión ante el Senado de su país que no la mataron “por 15 centímetros” y que algunas esquirlas llegaron hasta su dormitorio.
