Un acuerdo sobre tierras raras -claves para el desarrollo tecnológico- y una “nueva edad de oro”, prometen la líder japonesa, Sanae Takaichi, y el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump.
La nueva primera ministra de Japón y mandatario estadounidense sumaron elogios y promesas para la relación bilateral durante la visita del presidente Trump a Tokio.
Takaichi, la primera mujer en gobernar Japón, hizo todo lo posible por complacer al presidente estadounidense en su primera prueba en la escena internacional, e incluso anunció que lo nominará para el Premio Nobel de la Paz, según la Casa Blanca.
Xi Jinping, espera
La capital japonesa es la segunda parada de una gira asiática de Trump, después de Malasia y antes de Corea del Sur, donde el jueves está previsto un crucial encuentro sobre aranceles con su homólogo chino, Xi Jinping.
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A cambio de sus atenciones, el magnate republicano aseguró a Takaichi que Estados Unidos y Japón son “aliados al más alto nivel”.
“Es un gran honor estar con usted, especialmente tan pronto en lo que será, creo, uno de los mejores mandatos de primeros ministros”, añadió Trump.

Edad de oro
Takaichi le dijo que le “gustaría hacer realidad una nueva edad de oro de la alianza entre Japón y Estados Unidos, en la que ambos países se hagan más fuertes y también más prósperos”.
En medio de los elogios, también firmaron un acuerdo para “garantizar” el suministro de minerales críticos y tierras raras, indispensables para industrias como la tecnología o la defensa.
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Este mes, China anunció restricciones drásticas a las exportaciones de tierras raras y sus derivados, lo que llevó a Trump a amenazar con aplicar aranceles del 100% a los bienes del gigante asiático como represalia.
“Hasta el final”
Tras reunirse con Takaichi, Trump se dirigió rápidamente a encontrarse con familias de japoneses secuestrados por Corea del Norte hace décadas, a las que dijo que Estados Unidos está a su lado “hasta el final” cuando le pidieron ayuda para encontrar a sus seres queridos.
Tras años de negarlo, Pyongyang admitió en 2002 que había enviado agentes para raptar a 13 japoneses que fueron utilizados para entrenar a espías en el idioma y las costumbres japonesas. Tokio dice que fueron más.
Negociaciones
La defensa fue otro de los tema destacados del encuentro entre Trump y Takaichi. El republicano, partidario del “toma y dame” en materia diplomática, exige que los aliados de Estados Unidos aumenten sus gastos militares para seguir beneficiándose de la protección estadounidense.
La líder japonesa anunció que el archipiélago elevará su presupuesto de defensa al 2% del PIB a partir del actual ejercicio fiscal, que finalizará el próximo 31 de marzo, dos años antes de lo previsto inicialmente.
Estados Unidos, que tiene alrededor de 60.000 militares en Japón, quiere que Tokio gaste aún más, posiblemente igualando el 5% prometido en junio por los miembros de la OTAN.
Trump tiene previsto pronunciar un discurso el martes en el portaaviones USS George Washington, atracado en la base naval estadounidense de Yokosuka, así como cenar con líderes empresariales, entre los que probablemente se encuentre el presidente del fabricante de automóviles Toyota.
Detalles comerciales
Washington y Tokio ya llegaron a un acuerdo comercial este verano boreal, pero algunos puntos siguen pendientes y se espera que se ajusten durante la visita oficial.
A mediados de septiembre, Washington redujo al 15% los aranceles totales sobre los automóviles japoneses, un sector crucial para las exportaciones y el empleo del país asiático. Los fabricantes japoneses quieren que este umbral se reduzca aún más.
Otro tema de debate es la forma que adoptarán los 550.000 millones de dólares de inversiones japonesas en suelo estadounidense, previstas en el arreglo alcanzado en julio. Trump presenta esta suma como una especie de transferencia colosal que Japón haría a Estados Unidos.
