La ceremonia combinó tradiciones católicas y anglicanas y marca un nuevo acercamiento entre las dos Iglesias. El oficio, que duró unos 30 minutos, supone un acto inédito desde el nacimiento del anglicanismo en 1534, cuando el rey Enrique VIII rompió con Roma.
El pontífice León XIV y el arzobispo de York Stephen Cottrell presidieron la celebración bajo los famosos frescos de Miguel Ángel, en presencia de prelados católicos y anglicanos, así como de responsables políticos y diplomáticos.
El coro de la Capilla Sixtina acompañó al de la Capilla de San Jorge de Windsor, y el tema central de la oración fue la protección de la naturaleza, una señal de la convergencia entre ambas Iglesias en cuestiones medioambientales.
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Rezo inédito
Unos minutos antes, el papa León XIV recibió al monarca de 76 años, que ejerce como gobernador supremo de la Iglesia de Inglaterra, en una audiencia privada.
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El pontífice fue nombrado en mayo como cabeza de la Iglesia católica tras el fallecimiento de su predecesor, Francisco.

Carlos III, acompañado por su esposa Camila, se dirigió al papa en inglés, en un ambiente cordial, e intercambió regalos con él, según imágenes difundidas por el Vaticano.
La visita llega en un contexto delicado para Carlos III, ya que su hermano Andrés afronta nuevas y comprometedoras revelaciones en el caso del criminal sexual Jeffrey Epstein.
Acontecimiento histórico
La religión anglicana nació en 1534, en una escisión provocada por el rey Enrique VIII de Inglaterra, por la negativa del papa a anular su matrimonio con Catalina de Aragón.
En 1961, la madre de Carlos III, Isabel II, se convirtió en la primera monarca británica en visitar el Vaticano desde el cisma entre católicos y anglicanos.
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“Es un acontecimiento histórico”, afirmó William Gibson, profesor de historia eclesiástica en la Universidad Oxford Brookes. Gibson recordó que el soberano británico está obligado por ley a ser protestante.
“De 1536 a 1914, no hubo relaciones diplomáticas oficiales entre Reino Unido y la Santa Sede” , explicó el profesor universitario.
Reino Unido, de hecho, no abrió una embajada en el Vaticano hasta 1982.
En 2013, se suavizó ligeramente la ley para permitir que los miembros de la amilia real que se casaran con católicos conservaran su lugar en el orden de sucesión, explicó Gibson. Hasta entonces, si lo hacían, debían renunciar a toda aspiración al trono.
A diferencia de la Iglesia católica romana, la Iglesia anglicana ordena mujeres y permite que los sacerdotes se casen.
Nombramiento histórico
Por primera vez en su historia, acaba de nombrar a una mujer como su máxima autoridad, Sarah Mullally, una madre de familia de 63 años que asumirá sus funciones oficiales en enero de 2026.
Carlos III y Camila también asistirán el jueves a otro servicio religioso ecuménico en la Basílica de San Pablo Extramuros en Roma.
En dicho acto, el rey será nombrado “cofrade real” y para este oficio se ha creado un asiento especial para el monarca, que permanecerá en la basílica y podrá ser utilizado en el futuro por sus sucesores en el trono británico.
Con Francisco
La pareja real se reunió en privado con el predecesor de León XIV, el papa Francisco, el pasado 9 de abril, doce días antes de la muerte del sumo pontífice argentino.
Carlos III estuvo representado por su hijo Guillermo en el funeral del jesuita argentino, y luego por su hermano, el príncipe Eduardo, en la misa de entronización de León XIV el 18 de mayo.
La Iglesia de Inglaterra, en declive, cuenta con unos veinte millones de fieles bautizados, pero calcula que sus practicantes habituales son algo menos de un millón, según estadísticas de 2022.
