Después de que Hamás declarara estar dispuesto a devolver a Israel todas las personas, vivas y muertas, que mantenía bajo su poder y a negociar los detalles del resto de la hoja de ruta, el Gobierno de Netanyahu aseguró estarse preparando para implementar “inmediatamente” la primera fase del acuerdo.
Hamás no dejó vencer el plazo que le impuso Trump hasta el domingo para dar una respuesta a su propuesta de paz y este mismo viernes aceptó liberar a todos los rehenes israelíes bajo las premisas del plan de Estados Unidos, que contempla un alto el fuego inmediato, devolver a los cautivos a Israel en 72 horas y recibir a cambio la liberación de centenares de presos y detenidos palestinos.
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Poco después, Trump exigió a Israel que dejara de bombardear la Franja para “liberar los rehenes de forma segura y rápida”.
En un video posterior, el mandatario celebró la posibilidad de un acuerdo: “En muchos sentidos esto no tiene precedentes (...) todos estaban unidos en el deseo de que esta guerra terminara por el bien del Oriente Medio y estamos cerca de lograrlo”.
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El Gobierno israelí, que ya había dado su visto bueno al plan de Washington a inicios de semana, anunció en la madrugada del sábado en hora local estar alistándose para implementar de forma inmediata “la primera fase” de la hoja de ruta “para la liberación inmediata de los rehenes”.
El escueto comunicado de Netanyahu no hizo referencia a detener la ofensiva militar sobre Gaza y un mensaje posterior de las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) se limitó a reafirmar que el Ejército iba a “adelantar su preparación” para dicha “primera fase”.
Sin embargo, medios israelíes como el Times of Israel y la radio pública Kan informaron que los líderes políticos israelíes habían ordenado a las FDI reducir las operaciones militares y limitarse a defenderse.
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La respuesta positiva a la iniciativa de Washington por parte de Hamás, que accede a entregar la administración de la Franja a “un organismo palestino de independientes (tecnócratas)” e insiste en negociar todavía partes del acuerdo, despertó el llamado de varios líderes internacionales a aprovechar esta oportunidad para la paz.
Reacciones ante posible acuerdo de paz
El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo sentirse “alentado” y reiteró su llamado a un alto el fuego “inmediato y permanente, a la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes y al acceso humanitario sin restricciones” para Gaza.
Catar y Egipto, los dos países mediadores entre Hamás e Israel, además de Estados Unidos, acogieron positivamente el paso del grupo islamista, expresaron su “esperanza” y apoyaron el cese de los bombardeos, además de alabar el “sabio liderazgo” de Trump.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, describió la respuesta de Hamás como un “avance constructivo y significativo hacia alcanzar una paz duradera”.
Desde Europa, Macron celebró que “la liberación de los rehenes y un cese el fuego en Gaza” están al alcance: “Tenemos en este momento la oportunidad de progresar de forma decisiva hacia la paz”.
También se pronunció el primer ministro británico, Keir Starmer, para apoyar los “esfuerzos de Trump” y para pedirle a todas las partes que “implementen el acuerdo sin tardanza”.
El canciller alemán, Friedrich Merz, se sumó a la esperanza al ver la “paz en Gaza y la liberación de los rehenes al alcance de la mano”, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, recordó que “la prioridad es lograr un alto el fuego” para hacer real esa liberación.
Incluso el presidente colombiano, Gustavo Petro, conocido por antagonizar a Trump, aseguró estar “de acuerdo esta vez” con él y afirmó que si su homólogo estadounidense “mueve su Ejército para detener la opresión sobre Palestina, ese Ejército lo acompañará el Ejército de Colombia”.
La iniciativa de Washington para alcanzar un acuerdo entre Israel y Hamás propone, entre otros, la formación de un gobierno de transición para Gaza que estaría supervisado por el mandatario estadounidense y el ex primer ministro británico Tony Blair.
Dicha hoja de ruta también contempla la desmilitarización de la Franja y la posibilidad de negociar en el futuro un Estado palestino, algo descartado, sin embargo, por el primer ministro israelí.