El ministro del Interior, Bruno Retailleau, informó poco después de las 11:00 a.m. sobre la situación, destacando la movilización de 80.000 agentes y gendarmes con el objetivo de controlar los bloqueos y evitar que la violencia se extendiera. Retailleau elogió la “Francia del coraje frente a la Francia del sabotaje”.
La gendarmería contabilizó alrededor de 7.500 manifestantes en varias acciones en la capital. En total, el Ministerio del Interior estimó que participaron aproximadamente 29.000 personas en más de 400 acciones a nivel nacional, entre ellas casi 300 concentraciones y un centenar de actos de sabotaje. Además, se reportaron más de 100 incendios en la vía pública.
Focos de tensión en la capital
En París, el epicentro de la movilización fue la estación del Norte, la más transitada de Europa, donde desde primera hora de la mañana cerca de un millar de manifestantes intentaron acceder al interior, siendo contenidos por las fuerzas del orden.
La plaza de Chatelet, en el centro de la ciudad, también congregó a miles de personas que dirigieron consignas contra el presidente Emmanuel Macron, a quien responsabilizan por la crisis política actual. Entre las demandas expresadas se encuentran la situación en Gaza, la pérdida de poder adquisitivo y la insuficiencia de recursos en educación y sanidad.
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Extensión de las protestas
El movimiento de protesta se replicó en varias ciudades francesas como Marsella, Toulouse, Burdeos y Rennes, donde se reportó la quema de vehículos. Según el Ministerio de Educación, más de un centenar de institutos sufrieron bloqueos.
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Las protestas, que el gobierno atribuye mayoritariamente a movimientos de extrema izquierda y a La Francia Insumisa, surgieron tras polémicos recortes presupuestarios anunciados por el ex primer ministro François Bayrou. Aunque iniciadas como movimiento ciudadano bajo el lema “Bloqueemos todo” (“Bloquons tout”), la convocatoria sumó luego apoyo de partidos de izquierda, ecologistas y socialista.
Posturas oficiales y advertencias
Las autoridades enfatizaron una política de “cero tolerancia” hacia los alborotadores, subrayando que la mayoría de la ciudadanía no participa en estos actos. Tanto la prefectura de Policía como el Ministerio del Interior insistieron en que el movimiento ha sido “secuestrado” por sectores radicales, especialmente tras la renuncia de Bayrou y la designación de un nuevo primer ministro, Lecornu, el tercero en apenas un año.

Próximas movilizaciones y contexto
El calendario de protestas no finaliza aquí. El próximo 18 de septiembre está prevista otra jornada de movilización, esta vez convocada por sindicatos. El despliegue policial de hoy ha sido el doble del organizado para la inauguración de los Juegos Olímpicos de París el año pasado, reflejando la inquietud de las autoridades ante posibles desbordamientos y violencia.