Estados Unidos exporta más a Brasil de lo que importa, pero el presidente republicano retó al mandatario izquierdista brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, por lo que considera una “caza de brujas” contra su predecesor ultraderechista Jair Bolsonaro, juzgado por una presunta intentona golpista en 2022.
Además, la Casa Blanca califica la política brasileña de “amenaza inusual y extraordinaria”.
Por todo ello sube del 10% al 50% las tarifas aduaneras a muchos productos brasileños a partir de este miércoles. Otorgó un plazo adicional a los productos cargados en barcos antes del 7 de agosto y que lleguen a Estados Unidos antes del 5 de octubre.
Trump ha excluido de los nuevos gravámenes bienes esenciales para Brasil como el jugo de naranja, la energía, las aeronaves civiles y sus componentes, los fertilizantes, los metales preciosos, la pasta de celulosa o el arrabio, entre otros. Pero incluyó el café y la carne.
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Según Brasilia, el 36% de las exportaciones del país a Estados Unidos se verán afectadas por impuestos suplementarios, una situación que exaspera a Lula.
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“A prueba”
“Creo que nosotros los brasileños estamos a prueba”, declaró Lula el martes en el palacio Itamaraty, sede de la cancillería.
“Nuestra democracia está siendo cuestionada, nuestra soberanía está siendo atacada, nuestra economía está siendo agredida (...) En ningún tarifazo aplicado a otros países hubo intento de injerencia sobre la independencia de los poderes del país”, añadió.
El dirigente izquierdista que prevé presentarse a las elecciones en 2026 arremetió, sin mencionarlo, contra Eduardo Bolsonaro.
El diputado e hijo del exmandatario brasileño mantiene vínculos estrechos con líderes trumpistas y encabeza desde Estados Unidos una campaña en defensa de su padre.
“Esta interferencia en temas internos contó con el apoyo de verdaderos traidores a la patria”, dijo Lula, quien descarta llamar a Trump “porque él no quiere hablar”.
El enojo de Trump, plasmado en julio en dos cartas, una contra el Brasil de Lula y otra en solidaridad con Bolsonaro, ha crispado la relación entre los dos países.
Atrás queda la cordialidad escenificada por Lula y el expresidente demócrata estadounidense Joe Biden en una visita del brasileño a la Casa Blanca en 2023, cuando ambos se erigieron en guardianes de los valores democráticos.
Trump ha golpeado asimismo el sistema judicial, con sanciones al juez de la corte suprema de Brasil Alexandre de Moraes, a cargo del juicio contra Bolsonaro, por “autorizar detenciones arbitrarias” y “suprimir la libertad de expresión”.
Una presión creciente que no ha impedido a Moraes asignar a Bolsonaro a arresto domiciliario por violar una prohibición de uso de redes sociales en el marco de su juicio.