Así lo señaló el exoficial de las fuerzas especiales estadounidense Anthony Aguilar en una entrevista con la BBC, unas declaraciones que la polémica organización tachó este miércoles de “falsas”.
“Si tengo que dar mi valoración más franca, diría que (las fuerzas de defensa israelíes) son criminales. En toda mi carrera jamás he presenciado ese nivel de brutalidad y uso innecesario e indiscriminado de fuerza contra la población civil, sin armar y muerta de hambre”, apuntó.
El extrabajador de GHF aseguró que durante su contrato en la Franja presenció cómo el Ejército israelí disparaba contra los palestinos que se acercaban a los puntos de reparto y cómo incluso lanzaban proyectiles de mortero a la gente para controlarlos, alegando que fue testigo de “crímenes de guerra cometidas por las fuerzas de defensa israelíes”.
Además, en otra entrevista con Al Jazeera, confesó que se estaba “matando de hambre a la gente” con un sistema de reparto de ayuda que “está diseñado al 100 % para deshumanizar a la población civil y para dar la apariencia exterior de que son animales, ganado, que son arreados de un punto a otro y no tienen valor”.
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Acusaciones interesadas
Tras la repercusión de estas acusaciones, la GHF lanzó una investigación y ahora aseguran que las afirmaciones “no solo son falsas, sino que nos distraen de nuestro mandato, que es alimentar a la gente” y lamentó que “la desinformación corre el riesgo de socavar nuestra labor vital”, en una rueda de prensa de Chapin Fay, portavoz de la organización.
“Las declaraciones del señor Aguilar son falsas, interesadas y un intento de vengarse de UG Solutions”, aseguró David Panzer, consejero de esta subcontratista estadounidense encargada de contratar personal de seguridad en los lugares de distribución de la GHF.
Según la compañía, se trata de una ‘vendetta’ personal del exmilitar estadounidense, pues su contrato venció -alegan que fue despedido- el pasado 13 de junio por “bajo rendimiento, conflictos con el personal y comportamiento errático” y ahora trata de que se le vuelva a contratar.
Además, le acusaron de falsificar documentos y presentar vídeos engañosos con una intención difamatoria, pues presentaron mensajes enviados supuestamente por el propio Aguilar asegurando que no se quería ir del trabajo y amenazando con ser su “peor pesadilla” si no se le recontrataba.
También niegan las acusaciones del estadounidense de que el personal de UG Solutions usa granadas, gas lacrimógeno y otra munición no letal contra los civiles, alegando que aunque los contratistas “usan gas pimienta, humo y granadas aturdidoras para evitar atropellar a las multitudes de civiles que intentan buscar ayuda, estos sistemas se despliegan de acuerdo con su uso previsto”.
“Contrariamente a lo que afirma el señor Aguilar, ningún miembro de la UG ha dirigido jamás disparos de advertencia contra civiles sobre el terreno en Gaza. Los disparos de advertencia se dirigieron hacia arriba, en el aire y hacia la costa, no hacia las personas que buscaban ayuda”, estimó Panzer, que no aludió a las acusaciones contra el Ejército israelí.
El reparto de comida en la sitiada Gaza, donde más de uno de cada tres habitantes pasa días sin comer, monopolizado por GHF, ha sido duramente criticado por la ONU y múltiples organizaciones por su ineficacia al concentrarse en zonas peligrosas y por los tiroteos a las multitudes que se acercan a por comida.
Más de 1.200 personas han muerto al acudir a recoger ayuda desde que en mayo Israel estableciera este nuevo esquema de reparto de ayuda con la GFH prescindiendo de la ONU.