“Israel debe retirarse completamente de la Franja de Gaza y Hamás debe renunciar a su control sobre la franja y entregar sus armas a la Autoridad Palestina”, dijo Mohammad Mustafa, en la Asamblea General de la ONU, tras subrayar la disposición del Estado de Palestina a “asumir la plena responsabilidad del gobierno y la seguridad en Gaza, con el apoyo árabe e internacional”.
La solución de dos estados para poner fin al conflicto israelo-palestino que ya cumple más de siete décadas recibió ayer un fuerte apoyo en la ONU, durante una conferencia ministerial convocada por la Asamblea General, que fue boicoteada por Estados Unidos e Israel.
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Además de la capitalidad –la disputa por la ciudad de Jerusalén por parte de Israel y Palestina– y las delimitaciones de las fronteras para la materialización del Estado de Palestina, existen otras implicancias aún no resueltas.
Por consenso internacional la mayoría de los países mantienen sus embajadas en la ciudad de Tel Aviv, en teoría para no interferir en las negociaciones entre israelíes y palestinos.
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Autogobierno
Los Acuerdos de Oslo de 1993 dividieron los territorios palestinos ocupados en tres áreas dependiendo de si el control civil y militar lo ejercían los palestinos o Israel, en un modelo transitorio que debía culminar en unos años en un Estado propio. Para ello, se creó la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Fue la primera fórmula de autogobierno para los palestinos, que debía ser provisional, pero que hoy se mantiene con un poder cada vez más mermado y que solo puede ejercer en zonas reducidas de Cisjordania, ante la creciente ocupación y presencia militar israelí.
En la Franja de Gaza, las disputas entre Fatah –facción secular formada por Yaser Arafat (+) que controla la ANP– y Hamásacabaron con la expulsión de la ANP y la toma del poder por parte de los islamistas en 2007, ahondando en la fragmentación, no solo de la sociedad palestina, sino también de su territorio.
El pueblo palestino es apátrida al no tener Estado propio, y los palestinos no tienen pasaporte a no ser que tengan otra nacionalidad.
Para viajar, un palestino de Cisjordania necesita una suerte de “laissez passer” de la ANP, una autorización de Israel, cruzar a Jordania por el paso de Allenby y tras-ladarse al aeropuerto de Amán para volar.
En el caso de la Franja de Gaza, bloqueada por Israel desde 2007, los gazatíes antes de la guerra solo cruzaban a territorio israelí en contadas ocasiones y con límite de tiempo.