Ni Bangkok ni Nom Pen han dado detalles sobre un eventual encuentro de sus respectivos líderes, Phumtham Wechayachai y Hun Manet, pero el canciller malasio, Mohamad Hasan, confirmó a la agencia de noticias malasia Bernama que ambos se verán la noche del lunes en Kuala Lumpur.
Malasia ostenta la presidencia rotatoria de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y ya se postuló como mediador entre las partes en el segundo día de contienda, con una propuesta de alto el fuego por parte del primer ministro Anwar Ibrahim.
El anuncio de la reunión de los líderes tailandés y camboyano en Kuala Lumpur se produce horas después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hablara con ambos mandatarios por teléfono.
El líder estadounidense dijo el sábado en su red social Truth Social que las dos naciones habían acordado “reunirse de inmediato y negociar rápidamente un alto el fuego” para solucionar la disputa en su línea divisoria.
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Presión internacional para cese al fuego
Trump presionó además a las partes con la advertencia de que dilatará cualquier acuerdo arancelario hasta que se detengan las hostilidades.
Además de Washington, la ONU, Pekín, Bruselas, Japón y Moscú, entre otros, han hecho llamamientos a la contención y al diálogo por parte de la comunidad internacional.
La presión internacional no detiene la contienda. Tanto Tailandia como Camboya se han mostrado dispuestas a iniciar negociaciones para alcanzar una solución pacífica al enfrentamiento que mantienen desde el jueves en zonas fronterizas disputadas.
Sin embargo, las hostilidades no han cesado y llegaron este domingo al cuarto día, con al menos 34 muertos, decenas de heridos y miles de desplazados.
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Fuerzas siguen combatiendo en la frontera
El Ministerio de Defensa camboyano y el Ejército tailandés confirmaron nuevos ataques de sus respectivas partes este domingo, que en ambos casos justificaron con que las operaciones militares del contrario no se detienen.
“Las fuerzas tailandesas continúan llevando a cabo incursiones agresivas en territorio camboyano” con “armamento pesado”, confirmó por la mañana la portavoz del Ministerio de Defensa de Camboya, Maly Socheata, en una rueda de prensa.
Más tarde, la misma cartera acusó a Bangkok de “intensificar el conflicto en lugar de reducirlo”, al tiempo que las fuerzas tailandesas lamentaron que Nom Pen “no cese sus ataques”.
Un total de 21 personas han muerto del lado tailandés (13 civiles y 8 soldados) y 13 del lado camboyano (8 civiles y 5 militares), según los últimos balances oficiales.
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Más de 30 muertos y de 200.000 desplazados
El enfrentamiento a lo largo de la frontera entre Tailandia y Camboya, en el que se han empleado cazas F-16, cohetes BM-21 y bombas de racimo, ha dejado ya unos 218.000 desplazados que se refugian en centros de evacuación y campos temporales.
En Camboya, el ministerio de Defensa indicó que, en cuatro días, el número de familias desplazadas asciende a 25.000, con un total de 80.000 afectados, la mayoría desplazados a puntos más alejados de la frontera de la misma provincia en la que residen.
“Temiendo que las balas hirieran a nuestros hijos, intentamos huir, dejando nuestras pertenencias en casa. Ni siquiera la puerta estaba cerrada”, dijo a EFE Sem SokHeng, de 65 años y residente de la aldea Sen Chey, en la provincia de Preah Vihear (norte).
Sem, que huyó el viernes a Kulen, también en Preah Vihear, cuenta que muchos camboyanos no pudieron cargar con sus pertenencias hasta los lugares donde fueron reubicados, y que algunos “no consiguieron un lugar para dormir”.
“Todos los días escuchábamos que Tailandia llegaba a la frontera; empujaban y empujaban. Todos los días escuchábamos que Tailandia se acercaba al lugar donde estaban nuestros soldados, hasta que en el último momento se produjo la explosión de balas”, explica sobre el inicio de la contienda, de la que Bangkok acusa a Nom Pen y viceversa.