“Esta es una postura fundamental y permanente. El enriquecimiento de uranio continuará en territorio iraní de conformidad con las normas internacionales”, afirmó Pezeshkian en una entrevista con la cadena Al Jazeera, publicada a última hora del miércoles.
El mandatario iraní calificó como “una ilusión” las afirmaciones del presidente estadounidense, Donald Trump, de que sus ataques contra las instalaciones nucleares iraníes el 22 de junio y en medio de la guerra con Israel han destruido el programa atómico de Teherán.
“Nuestras capacidades nucleares están en la mente de nuestros científicos y no en las instalaciones”, afirmó.
Pezeshkian se refirió también a las palabras de Trump, que insiste en que Irán no debe de tener armas nucleares, y dijo que la República Islámica lo acepta.
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“Trump dice que Irán no debe tener armas nucleares y aceptamos eso, ya que rechazamos las armas nucleares. Es nuestra posición política, religiosa, humanitaria y estratégica”, sostuvo el presidente iraní.
Pezeshkian se mostró abierto a nuevas conversaciones nucleares con Estados Unidos, pero indicó que cualquier futura negociación debe de beneficiar a ambas partes.
“Las próximas negociaciones con Estados Unidos deben basarse en beneficios mutuos y en el principio de ganar-ganar”, enfatizó Pezeshkian y resaltó que Teherán “no aceptará amenazas o dictados” en posibles futuras conversaciones.
El mandatario iraní admitió que Teherán “no es muy optimista” sobre el mantenimiento del alto al fuego con Israel, logrado tras 12 días de enfrentamientos en junio.
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“Estamos totalmente preparados para cualquier nuevo movimiento militar israelí. Nuestras Fuerzas Armadas están preparadas para golpear de nuevo en las profundidades de Israel”, aseguró Pezeshkian, quien afirmó que Irán “se ha preparado para cualquier escenario y cualquier potencial respuesta”.
Irán y EE.UU. comenzaron en abril pasado las negociaciones nucleares y hasta antes de la guerra habían entablado cinco rondas de reuniones sin lograr progresos significativos debido a las divergencias sobre el enriquecimiento de uranio.
Pues Washington insiste en el cero enriquecimiento en el territorio iraní, mientras Teherán asegura que no abandonará su programa nuclear con fines pacíficos.