“Felicitamos a las partes por dar este paso significativo hacia el avance de la paz y la estabilidad duraderas en la región de los Grandes Lagos (...) El liderazgo y la dedicación de Catar para fomentar el diálogo entre la RDC y el M23 han sido fundamentales para apoyar una solución pacífica al conflicto”, reza el comunicado remitido por el Departamento de Estado de los Estados Unidos.
Las conversaciones en Doha se han desarrollado durante los últimos meses de manera paralela a un diálogo auspiciado por EE.UU. entre la RDC y Ruanda, que llevó el pasado 27 de junio a la firma en Washington de un acuerdo a nivel ministerial entre ambos países africanos.
Ese pacto, sin embargo, abrió a EE.UU. el acceso a minerales críticos de la región, y ya el pasado 17 de julio la RDC firmó un acuerdo de principios sobre exploración minera con la empresa estadounidense KoBold Metals, en un nuevo paso para cumplir las promesas del presidente congoleño, Félix Tshisekedi, a su homólogo estadounidense, Donald Trump.
“Estados Unidos mantiene su compromiso de impulsar el progreso hacia una paz en el este de la República Democrática del Congo que resulte en el restablecimiento de la autoridad de la República Democrática del Congo y una gobernanza inclusiva que permita a los habitantes de la región regresar a sus hogares y alcanzar un futuro más próspero”, se añade el comunicado del Departamento de Estado publicado hoy.
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Declaración que pone fin al conflicto
El documento aprobado hoy, rubricado tras tres meses de negociaciones directas facilitadas por Catar, sienta las bases del proceso de paz y define los próximos pasos a seguir.
Entre los compromisos alcanzados figuran el respeto de un alto el fuego permanente, el cese de toda propaganda de odio, la prohibición de tomar posiciones por la fuerza y la elaboración de una hoja de ruta para restablecer la autoridad estatal en el este del país, que se detallará en el futuro acuerdo de paz.
Ahora también se prevé la creación de un mecanismo de verificación del alto el fuego con participación de la misión de paz de la ONU en la RDC (Monusco), así como el compromiso con el retorno “voluntario y digno” de las personas refugiadas y desplazadas internas, en coordinación con los países de acogida y la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).
Conflicto de décadas
El conflicto en el este de la RDC se intensificó a finales de enero, cuando el M23, respaldado por Ruanda -según la ONU-, tomó el control de Goma, capital de Kivu del Norte, y posteriormente de Bukavu, capital de la vecina Kivu del Sur.
Desde 1998, el este de la RDC sufre un conflicto alimentado por la presencia de grupos rebeldes y el Ejército, pese al despliegue de la Monusco.