De acuerdo con el último balance del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), más de 350 personas murieron desde el inicio de los combates entre drusos y tribus beduinas sunitas en Siria, desencadenados el domingo por el secuestro de un comerciante de verduras druso.
Las fuerzas del gobierno sirio fueron desplegadas el martes en la ciudad de Sueida, hasta entonces en manos de combatientes drusos. El OSDH, testigos y grupos drusos las acusaron de numerosos abusos, como ejecuciones de civiles y saqueos.
“Las fuerzas del ejército comenzaron a retirarse de la ciudad de Sueida en aplicación de los términos del acuerdo logrado después del fin de las operaciones contra grupos fuera de la ley”, indicó el miércoles el ministerio sirio de Defensa en un comunicado.
Israel, que ocupa y se anexionó la mayor parte de los Altos del Golán sirios -donde vive una importante población drusa-, había reiterado en los últimos días que no permitiría presencia militar en el sur de Siria, cerca de su frontera.
Este miércoles bombardeó el cuartel general del ejército sirio en Damasco, en pleno centro de la ciudad.
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Estados Unidos, aliado cercano de Israel, intenta bajar la tensión. El secretario de Estado, Marco Rubio, dijo el miércoles que se había llegado a un acuerdo para restaurar la calma en la región.
“Hemos acordado pasos específicos que pondrán fin a esta situación preocupante y horrible esta noche”, escribió Rubio en la red social X.
En rueda de prensa su portavoz Tammy Bruce declaró que Washington instaba “al gobierno sirio a retirar a su ejército para permitir que todas las partes desescalen y encuentren un camino a seguir”.
Según el OSDH, entre los fallecidos hay 79 combatientes drusos, 55 civiles, 189 miembros del ejército o de las fuerzas de seguridad y 18 combatientes beduinos. A estos se suman 15 soldados y miembros de las fuerzas gubenamentales que murieron en ataques israelíes.
Entre las víctimas, el observatorio cuenta a un trabajador de un medio de comunicación, identificado como Hassan al Zaabi, que según el sindicato de periodistas sirio fue abatido en Sueida “mientras realizaba su deber profesional”, aunque no detalló para que organización trabajaba.