El comisionado del condado de Tombura, Mabenge Edward Matthew, confirmó a EFE estas 15 muertes ocurridas a lo largo de la semana pasada, y describió la situación en los campamentos como “horrible y cada vez peor”.
Mabenge denunció que “los refugios se están desmoronando debido a la lluvia, no hay comida, no hay acceso a la agricultura y la gente está enfermando. Estamos desbordados”.
Los desplazados internos, la mayoría de los cuales huyeron de los enfrentamientos intercomunitarios entre 2021 y 2024, viven en asentamientos improvisados, superpoblados e insalubres.
La actual temporada de lluvias ha agravado la situación, bloqueando las carreteras y limitando aún más el acceso de la ayuda humanitaria.
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Las operaciones humanitarias también se han visto interrumpidas por los recientes combates entre facciones del Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán en la Oposición (SPLA-IO), que dejaron cuatro muertos y varios heridos, según funcionarios locales.
“Esto ya no es un conflicto tribal localizado, sino parte de una rebelión política”, declaró Mabenge. “Estamos involucrando a líderes religiosos, ancianos y la sociedad civil para impulsar el diálogo, pero las necesidades humanitarias son urgentes”.
El Centro para la Paz y la Defensa (CPA), una organización de la sociedad civil, advirtió que la crisis en Tombura refleja un fracaso generalizado de la gobernanza nacional. En un comunicado emitido el fin de semana, el grupo acusó a los líderes sursudaneses de “promover la política tribal en lugar del desarrollo nacional inclusivo”.
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Sin asistencia inmediata y voluntad política para resolver las causas profundas del conflicto, las autoridades advierten que el número de muertos podría aumentar en las próximas semanas.
Más de 3,5 millones de personas en Sudán del Sur, entre ellas 2,3 millones de niños menores de cinco años y 1,2 millones de mujeres embarazadas y lactantes, necesitan ayuda nutricional urgente, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado el pasado lunes.
Sudán del Sur atraviesa una crisis política y de violencia desde el pasado mes de marzo, cuando la milicia denominada ‘Ejército Blanco’, inicialmente aliada de la oposición, atacó una guarnición de las fuerzas gubernamentales de Yuba.