“Paraguay tiene la oportunidad de ser abanderado regional de la democracia”

“Paraguay tiene una oportunidad política, de ser abanderado de la democracia en América y de una manera que ningún otro país puede serlo por las ataduras con China”, dice Marcos Falcone, politólogo e investigador argentino, en el actual contexto geopolítico.

Marcos Falcone, politólogo argentino e investigador de la influencia de China en América.
Marcos Falcone, politólogo argentino e investigador de la influencia de China en América. SILVIO ROJAS

Marcos Falcone, politólogo por la Universidad Torcuato di Tella, de Argentina ,-tras participar del foro de oportunidades económicas organizado por el Instituto Patria Soñada- analiza la coyuntura geopolítica que vive América Latina y en especial Sudamérica por la fuerte presencia de China y la puja con Estados Unidos por ganar cada vez más influencia.

“En los últimos años se logró que China ingrese a los acuerdos internacionales para basar el comercio en reglas y entonces estar un poco más seguros que en caso de disputas. Las condiciones que trae el comercio directo con China son peligrosas”, dice Falcone.

Se refirió también sobre los acercamientos a través del Mercosur y el modelo del lobby que apunta a consolidar la influencia del gigante asiático.

En el contexto geopolítico actual, ¿qué consideración tiene sobre el no relacionamiento directo de Paraguay con China?

-El hecho de que no tengan una relación diplomática directa con China en cierto sentido es ventajoso para Paraguay. Aunque eso no impide que de todas formas comercien, solo que a través de terceros países. Nosotros desde la Fundación Libertad, desde la Red Liberal de América Latina, que es donde realizamos estas investigaciones sobre China, estamos a favor del libre comercio. Queremos que la globalización avance porque así es como se genera riqueza. Pero el comercio con China es muy especial. Es un país donde no hay Estado de Derecho, y donde el Estado puede en última instancia intervenir en cualquier tipo de empresa.

¿Por qué cree que el modelo de relacionamiento Paraguay-Taiwán -que es valorado por las potencias, como Estados Unidos- no se replica en otros países?

-Es una buena pregunta. La respuesta: tiene que ver con el poderío económico. Hay una diferencia en escala que es monumental entre la China continental y Taiwán -democrática-. En la China comunista no hay capitalismo de libre mercado. Hemos visto en los últimos años un retroceso respecto del estatus de Taiwán en el mundo por las presiones.

El lobby de China en América Latina se fortalece. ¿Hacen las potencias antiChina suficiente como para balancear ese avance chino?

-No. Y me parece que EE.UU. se está equivocando. A partir del regreso del presidente Donald Trump, específicamente por sus guerras comerciales y por su agenda proteccionista. De vuelta, es el comercio el que genera progreso. Entonces, si Estados Unidos se retrae y empieza a erigir barreras arancelarias para el resto del mundo, eso no solo nos aleja de Estados Unidos, sino que le da la oportunidad a países autoritarios como China. Les da la posibilidad de acercarse cada vez más a nosotros, incluso con inversiones “oscuras”. Un caso puntual: tenemos la base de China en la Patagonia argentina, que se supone es civil, pero que en realidad depende del Ejército chino.

Hubo un primer acercamiento Mercosur-China para un potencial acuerdo de libre comercio. ¿Qué le dice esto?

-Soy escéptico a que acuerden algo relevante. El Mercosur es el bloque económico más importante de Sudamérica. Tiene sus propios problemas que ya no tienen ni siquiera que ver con China, sino que tienen que ver con el dominio de Brasil dentro del Mercosur. Entonces, en el fondo, cuando hablamos de China y el Mercosur estamos hablando de China y Brasil.

¿Un acuerdo EE.UU.- Mercosur sería más beneficioso?

-Sí, definitivamente. Una alianza con Estados Unidos y Mercosur sería un paso adelante en términos de integración. Es mucho mejor comerciar con países democráticos, donde hay normas en las que podemos confiar antes que con países autoritarios, que de un momento a otro pueden cambiar todas las reglas.

En este contexto ¿qué oportunidades emergen para el Paraguay?

-Hoy no es posible realmente detener las interacciones entre países, por la globalización en la que vivimos. Entonces Paraguay al final, cuando exporta a Brasil o a Argentina y después va a China terminan comerciando. Paraguay tiene una oportunidad política, de ser abanderado de la democracia, de la libertad en América de una manera que ningún otro país puede serlo por sus ataduras con China. Ahí lo tienen a la Argentina. Javier Milei, siendo ya presidente, tuvo que moderar su discurso. Ocurre en Chile, en Brasil o Perú donde inauguraron el mega puerto de Chancay.

¿Qué medidas podría implementar el Paraguay para estar más protegido frente a los desafíos políticos? Hubo un golpe muy fuerte en el ámbito diplomático: Sudamérica le dio la espalda en la última elección de la OEA.

-Mientras Paraguay reconozca a Taiwán, naturalmente va a estar en minoría. No hay que dudar de que, debido a su poderío económico, existirán ocasiones en las que China va a operar para que Paraguay pierda en los foros internacionales. Lo mejor que puede hacer en ese contexto Paraguay es proteger su democracia. No caer en ningún tipo de condiciones por parte de China. Lo importante es que Paraguay no acepte ningún tipo de cesión de soberanía.

¿Cuál es la principal característica del lobby chino?

-China tiene un estilo bastante directo. Hemos visto, por ejemplo, en otros países de América lo que se conoce como captación de élites políticas. Un fuerte acercamiento con personas muy influyentes en distintos ámbitos de la sociedad. Les muestran todas las luces de China, pero no las sombras

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