Albanese, quien no ha podido reunirse con el presidente estadounidense, Donald Trump, desde que este asumiera el cargo el pasado enero, estará acompañado por una amplia comitiva de empresarios australianos en su visita a Shanghái, Pekín y Chengdu.
"Alrededor del 25% de nuestras exportaciones tienen un solo destino: China. Una cifra mayor que la de nuestros siguientes cuatro socios juntos: Japón, Corea del Sur, Estados Unidos e India", remarcó el viernes Albanese en declaraciones a los medios.
En 2024, la relación comercial entre ambas naciones se situó cerca de los 312.000 millones de dólares australianos (205.000 millones de dólares estadounidenses o 175.000 millones de euros), según las cifras del Ministerio de Exteriores australiano.
Desde que en 2022 llegara al poder el Partido laborista, Albanese ha logrado recomponer la deteriorada relación entre Camberra y Pekín, afectada por vetos comerciales y una petición para investigar el origen de la covid-19 impulsada por el anterior gobierno conservador de Scott Morrison (2018-2022).
Pekín respondió a estas presiones con la imposición unilateral de altos aranceles a varios productos australianos, como el vino, la cebada, la langosta o la carne de vacuno, entre otros.
"La relación con China significa empleos en Australia. Así de simple: empleos en el sector del mineral de hierro y los recursos, empleos en el sector de la exportación de vino, empleos también en áreas como la cebada y la carne de res, que han sido importantes exportaciones a China", dijo la víspera el líder australiano.
El gobierno laborista de Albanese consiguió que uno a uno esos gravámenes fueran desapareciendo, aunque se mantienen las profundas discrepancias políticas entre China y Australia, que ha reforzado su alianza de seguridad con Estados Unidos.
"Hemos trabajado arduamente en la relación con China, acordando y cooperando donde podemos, discrepando donde debemos, pero siempre defendiendo nuestro interés nacional", recordó ayer el dirigente.
A pesar de la histórica sintonía entre Camberra y Washington, Albanese todavía no ha podido conversar cara a cara con Trump, tras la cancelación de última hora de la reunión prevista a mediados de junio en Canadá durante la Cumbre del G7 y después de que el líder oceánico no viajara a Holanda para la reunión de la OTAN.
Trump anunció en abril un arancel del 10 % para las importaciones desde Australia, también afectada por otras tasas aplicadas por EE.UU. al cobre, aluminio y acero, a pesar de que Washington cuenta con superávit en su relación comercial con Camberra.
Por su parte, el gobierno de la nación oceánica se ha mostrado en varias ocasiones esperanzado de lograr un acuerdo con su socio norteamericano para rebajar, e incluso eliminar, esos aranceles.