Yoon Suk Yeol desató una crisis en Corea del Sur cuando buscó subvertir el orden civil el pasado 3 de diciembre, al enviar el ejército al Parlamento para impedir a los diputados votar por revertir la ley marcial que había decretado ese día.
En enero se convirtió en el primer presidente surcoreano en ejercicio en ser detenido, luego de varias semanas de resistir el arresto gracias al resguardo de su seguridad presidencial.
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Sin embargo, fue liberado por motivos procesales en marzo, mientras continuaba su juicio por cargos de insurrección.
Yoon fue destituido por el Parlamento, y esa decisión fue confirmado en abril por la Corte Constitucional.
Citaciones
Tras esta decisión, Yoon Suk Yeol se negó a acudir a las citaciones de investigadores judiciales, quienes pidieron su detención para forzarlo a cooperar con la justicia.
La nueva orden de arresto fue emitida por preocupaciones de que Yoon pueda “destruir evidencia” en el caso, indicó Nam Se-jin, juez de la Corte del Distrito Central de Seúl.
El expresidente de 64 años acudió el miércoles a una audiencia de siete horas, cuando rechazó todos los cargos y posteriormente fue llevado a un centro de detención en espera de la decisión del tribunal sobre su arresto provisional.
Luego de la orden emitida hoy, Yoon fue recluido en una celda en solitario mientras los fiscales preparan los cargos formales en su contra.
“Una vez que Yoon sea imputado, podría permanecer detenido hasta seis meses”, explicó a AFP Yun Bok-nam, presidente de la organización Abogados por una Sociedad Democrática.