“Agradezco profundamente el respaldo de los líderes del G7 a la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán, así como su preocupación por las actividades desestabilizadoras de China”, manifestó el mandatario en una publicación en inglés a través de su cuenta oficial de X.
“Taiwán seguirá colaborando con sus socios globales para contrarrestar la coerción y fortalecer los lazos económicos con el fin de garantizar la paz y la prosperidad regionales”, agregó.
Estas afirmaciones tuvieron lugar poco después de que el portavoz de la Cancillería china Guo Jiakun afirmara que el grupo “interfirió en los asuntos internos de China y violó las normas básicas de las relaciones internacionales” durante la reciente cumbre celebrada en Kananaskis (Canadá).
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“Si el G7 realmente se preocupa por la paz en el estrecho de Taiwán, debe oponerse claramente a la independencia de Taiwán y apoyar la ‘reunificación’ de China”, afirmó Guo en la rueda de prensa diaria de Exteriores.
Tras la conclusión del evento el martes, el primer ministro canadiense, Mark Carney, anfitrión de la cita, emitió una declaración en la que señaló que los líderes del grupo “trataron sus continuadas preocupaciones sobre las actividades desestabilizadoras de China en los mares del Este y Sur de China, así como la importancia de mantener la paz y estabilidad en el estrecho de Taiwán”.
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Esta postura se enmarca en un contexto de fuertes tensiones entre China y Taiwán, una isla gobernada de forma autónoma desde 1949 y considerada por las autoridades de Pekín como una “provincia rebelde”.
El objetivo declarado de China es lograr la “reunificación” con Taiwán, una meta para la que no ha descartado el uso de la fuerza.