“Basado en el análisis continuo de imágenes satelitales de alta resolución recopiladas tras los ataques del viernes, el OIEA ha identificado elementos adicionales que indican impactos directos en las salas subterráneas de enriquecimiento en Natanz”, señaló el OIEA en la red social X.
El lunes, el director general de la agencia, el argentino Rafael Grossi, excluyó esa posibilidad en una declaración ante la Junta de Gobernadores del organismo.
Pero en una posterior entrevista, concedida a la BBC, agregó anoche que las centrifugadoras de gas en Natanz podrían haber sido destruidas, no por los misiles sino por el corte de energía eléctrica.
En Natanz están instaladas miles de centrifugadoras para producir uranio enriquecido, un material de doble uso, civil y militar.
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Por otra parte, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), agregó que “no hay cambios que reportar en Isfahan y Fordow”, en referencia a otras dos importantes centros nucleares en la República Islámica.
En Isfahan se encuentra una planta de reconversión de uranio, bombardeada por la aviación israelí, mientras que por ahora la planta subterránea de enriquecimiento de Fordow no ha sido atacada.