Singapur ofrece al mundo una invaluable lección basada en una visión estratégica, inversión inteligente y políticas a largo plazo para catapultar a cualquier país hacia el éxito.
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En el año 1965, cuando Singapur se convirtió en una nación soberana tras su salida de la Federación Malaya, el panorama era sombrío.
Era un país pobre, una ciudad-Estado desprovista de recursos naturales significativos, sin tierras agrícolas y con una capacidad militar limitada. La inestabilidad social y el desempleo eran desafíos apremiantes.
Políticas clave
La transformación de esta ciudad Estado en la que viven 5.6 millones de habitantes es resultado de un enfoque estratégico basado en políticas pro-crecimiento.
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Entre ellas, se destacan la institucionalidad; es decir, la fortaleza de sus instituciones y la estrecha coordinación entre el Gobierno, los centros de investigación y el sector privado, fomentando un ecosistema de innovación robusto.

La atracción de inversión extranjera directa es una ficha ganadora en Singapur. Aunque el gobierno no es puramente “laissez-faire” en la política industrial, es calificado como la economía más libre del mundo.
De acuerdo a su ministro de Relaciones Exteriores, Dr. Vivian Balakrishnan, Singapur mantiene una política relacionamiento comercial abierto con todos los países, independientemente a sus líneas de pensamiento.
Con políticas fiscales favorables a la inversión extranjera, la isla se posicionó como un destino ideal para multinacionales que buscan establecerse en Asia. Frente a la economía global, a diferencia de otros países en desarrollo que optaron por el proteccionismo, Singapur abrazó un enfoque abierto basado en el libre comercio.
Implementó reformas que favorecieron el flujo libre de capital y bienes, y tiene en su haber acuerdos de libre comercio con más de 30 países.
Puentes comerciales
De lo que se desprende de las declaraciones de Balakrishnan, otra de las claves del éxito de Singapur radica en su estabilidad política acompañada de un entorno regulatorio transparente.

Con este escenario, busca concretar puentes con América Latina. En lo referido a Paraguay, el mercado de la carne porcina y la industria del huevo han sabido transitar dichos puentes.
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Así como transparentes, las leyes en Singapur también son implacables contribuyendo a un alto nivel de orden y seguridad, resultando en bajas tasas de criminalidad.
Leyes implacables
Este país no escatima en el nivel de detalles de sus leyes y prohibiciones, como la de mascar chicle. Así como arrojar basura a la calle, que puede significar una multa de hasta USD 1.500 la primera vez y USD 3.000 si hay reincidencia. Una pelea a los puños puede significar hasta 2 años de cárcel y una multa de casi USD 4.000.